No habrá amnistía, pero el Gobierno vasco da por hecho que se producirá un acercamiento «progresivo» de los presos de ETA a las cárceles de Euskadi o de las comunidades limítrofes. Tanto los socialistas vascos como el PNV son partidarios de abordar con nuevos parámetros la política penitenciaria, tal y como se constató en la reunión que ayer mantuvieron el lendakari, Patxi López, y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu. Aunque ambos no ocultaron su rivalidad -Urkullu llegó a pedir a López que «reflexione» sobre el adelanto de las elecciones autonómicas-, López y Urkullu coincidieron en que, a partir de la legalidad, puede haber gestos cara a los presos etarras que quieran reinsertarse.

En concreto, el presidente del PNV abogó por «una política penitenciaria que no sea de castigo» y que suponga tratar a los reclusos de la banda «como al resto de presos». Esto significa, por ejemplo, que los encarcelados con enfermedades muy graves puedan seguir los tratamientos bajo vigilancia en sus domicilios, o que puedan acceder a beneficios penitenciarios. A ello hay que sumar el acercamiento de presos a cárceles del País Vasco -el nuevo centro penitenciario de Álava, con casi 300 plazas, está a punto para su inauguración- o de autonomías vecinas como Navarra y La Rioja.

La tesis que defiende el PNV es que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que mañana se reunirá en Madrid con Urkullu, «tiene tiempo suficiente» para adoptar algunas decisiones. «Hay cosas que se han hecho ya con inteligencia y que se pueden seguir haciendo», aseguró el líder peneuvista en una indirecta alusión a las medidas de reinserción a las que se han acogido ya etarras históricos que cumplen sus condenas en cárceles de Euskadi.

Urkullu pedirá expresamente a Zapatero que la fiscalía modifique su posición respecto a la conocida como doctrina Parot, que hasta ahora ha comportado una prolongación de la estancia de los presos en la cárcel. Por su parte, portavoces de Bildu también enfatizaron que Zapatero «está a tiempo» de tomar «ya» iniciativas en relación con los presos.

El lendakari, que informó de su encuentro con Urkullu mediante una nota, se limitó a confirmar su intención de abordar el «tratamiento resocializador de los presos» con el Gobierno que surja de las próximas elecciones generales. También el ministro de Interior, Antonio Camacho, apuntó que debe ser el próximo Gobierno el que dé los siguientes pasos en materia antiterrorista. Camacho subrayó que si los presos etarras no han accedido a los beneficios que incluye la ley penitenciaria ha sido en muchos casos porque la propia ETA lo ha impedido.

Más concreto, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, dio por seguro que habrá una «política progresiva de acercamiento de presos» que contará con el apoyo de la «inmensa mayoría» de las fuerzas políticas. Ares no puso fecha para el inicio de esta nueva política penitenciaria, pero descartó la posibilidad de una «salida colectiva» para los presos tal como reclaman sectores de la izquierda aberzale.

El PP no está dispuesto a hablar, antes del 20-N, de un acercamiento de presos. Sí parece más factible que se avenga a apoyar la instauración de una jornada destinada a celebrar el cese definitivo de la violencia. López se lo propuso a Urkullu y el presidente del PNV desveló que también él había sugerido en la reunión que se organice un «día» orientado a que la ciudadanía vasca «salude el nuevo tiempo».

Otro punto que facilitará la unidad de acción de los partidos es el relativo al reconocimiento de las víctimas. Urkullu recordó que «no se parte de cero» porque el Parlamento vasco lleva años trabajando en políticas «para la reparación y la memoria». Además, emplazó a la izquierda aberzale a que, de manera «urgente», se comprometa en el «reconocimiento a las víctimas». También López apuntó que el

Día de la Memoria, que se celebra el 10 de noviembre, y que se instauró para rendir homenaje a las víctimas del terrorismo, «brinda una buena ocasión para «fortalecer la unidad».

De todas formas, la proximidad de la campaña electoral condiciona los movimientos de todas las fuerzas. De ahí, la «invitación» de Urkullu a López para que valore adelantar las autonómicas a fin de que la izquierda aberzale pueda estar en la Cámara vasca. Además, los nacionalistas y el PP rechazan que el decálogo del lendakari sea la «guía» a seguir en esta nueva etapa.