No hubo sorpresas en las reacciones después del último atentado de ETA. La brutal acción contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos generó la condena general habitual de partidos e instituciones, con la salvedad también clásica del entorno político de la banda terrorista. La mayoría se reafirmó en la necesidad de conservar la unidad de los demócratas frente al terror y le auguró a los etarras un final entre rejas. La izquierda aberzale no solo no condenó la bomba que hirió a más de medio centenar de personas, sino que incluso la puso como ejemplo de la "quimera" que supone pretender la derrota de los terroristas en una sociedad democrática.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su respaldo a la Guardia Civil y afirmó que los autores del atentado estarán pronto en la cárcel. "Esta locura y este fanatismo criminal cuenta con el desprecio más absoluto de toda la ciudadanía española, que debe saber que el Gobierno y los partidos democráticos estamos firmemente decididos y comprometidos a erradicar de una vez esta lacra", añadió.

Por otra parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, reiteró su apoyo al Ejecutivo, porque con los instrumentos del Estado de derecho "más pronto que tarde" se acabará con ETA.

El líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, recordó que la lucha contra la banda también se tiene que demostrar en los consistorios. "No se puede parar hasta que no quede un etarra suelto ni un batasuno en un ayuntamiento", advirtió.

SIN CONDENA En el otro lado de la balanza, la izquierda aberzale se negó primero a dar su parecer sobre el atentado y se limitó a anunciar la convocatoria de una manifestación a favor de la independencia de Euskadi durante las fiestas de la Semana Grande de San Sebastián.

Cuando se decidió a opinar sobre la acción, lejos de condenarla, aseguró que es una prueba de que "la derrota policial de ETA es sencillamente una quimera".

También en Extremadura hubo reacciones al atentado. El ministro de Fomento, José Blanco, de visita en la región, condenó el atentado e instó a la banda terrorista "a dejar las armas" porque eso "es lo que desea la unanimidad de la sociedad española".

Además, aseveró que sobre los autores de este nuevo atentado "recaerá todo el peso de la ley" y en consecuencia "responderán" de sus actos, "siendo detenidos, juzgados y encarcelados".

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, mostró su solidaridad y la del pueblo extremeño con la Guardia Civil y con las familias de los heridos en el atentado.