El rompecabezas político vasco se despejó ayer un poco. Todos los partidos, salvo el PP, acogieron satisfechos la decisión del PSE de reunirse con Batasuna y el aval que dio José Luis Rodríguez Zapatero a ese diálogo. Es el anuncio que esperaban para emprender una nueva etapa, la de una mesa de partidos en la que se debatirá el futuro pacto político entre Euskadi y España.

La reacción de los dirigentes de la fuerza ilegalizada fue la más entusiasta. Arnaldo Otegi calificó el anuncio de "paso muy importante". No en vano es la primera vez el PSE reconoce abiertamente a Batasuna como "interlocutor necesario" y no pone condiciones para el diálogo.

DESBLOQUEO El paso del líder de los socialistas vascos, Patxi López, supone desbloquear una situación encallada por el cruce de reproches entre partidos sobre el ritmo del proceso de paz y sobre cuándo reunir a los partidos vascos en un foro de diálogo.

El primer escollo para formar esa mesa es que en ella, en principio, no podría sentarse una fuerza ilegal y sometida a estricta vigilancia policial y judicial. De ahí que la legalización de la izquierda aberzale se haya convertido en elemento clave.

Los socialistas piden a los seguidores de Otegi el desmarque de la violencia. En ese sentido han valorado la "importancia" de las declaraciones que el pasado fin de semana hizo el dirigente del sindicato LAB y referente aberzale, Rafa Díez Usabiaga, cuando aseguró que "no se puede desarrollar ningún proyecto político desde la violencia".

Estas palabras y el reconocimiento que hizo Joseba Permach de la "gravedad" de los actos de violencia callejera en Navarra y Vizcaya son piezas de un engranaje que afecta a todas las fuerzas políticas. Ahora, y mientras Batasuna convence a los suyos para cambiar de marca electoral, le tocaba mover ficha al PSE, ya que el resto de partidos --salvo el PP-- reconocen a Batasuna como interlocutor y mantienen contactos con sus dirigentes.

Las reuniones bilaterales mantenidas hasta ahora por los partidos se han centrado en diseñar el método de trabajo y el calendario de esa mesa de partidos. En principio, las socios del tripartito que gobierna Euskadi (PNV, EA y EB) han anunciado que pondrán sobre el tapete las ideas matrices del plan Ibarretxe , que se centran en el derecho de autodeterminación y en la consideración de Euskadi como una "nación libre asociada" a España. También Batasuna insiste en que la solución pasa por el reconocimiento del derecho del pueblo vasco a decidir su futuro en una consulta y por la territorialidad.

Los socialistas vascos fijaron en enero su postura en un documento donde asumen la mesa de partidos como "instrumento necesario" al que acudirán con la Constitución y el Estatuto de Gernika. El lendakari Ibarretxe fijó el inicio de la nueva mesa de partidos para septiembre, y el anuncio del PSE permite encarrilar el trabajo hacia ese plazo.