La crisis interna del PP ha sacudido la precampaña electoral. El resto de partidos, poco acostumbrados a que los populares exhiban en público sus diferencias, pasaron de la incredulidad inicial a una lectura coincidente: Mariano Rajoy ha olvidado el camino al centro y opta por viajar al pasado. Es lo que, según la definición del secretario de organización del PSOE, José Blanco, es un regreso del "aznarismo". Tanto las fuerzas de izquierda como los nacionalistas interpretan la posible retirada del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, como un triunfo de los sectores más conservadores, y un alejamiento del PP de la centralidad.

Blanco, como otros dirigentes socialistas, se apresuró a pronosticar una derrota de Rajoy. "Nadie en el PP da un duro", vaticinó al mismo tiempo que descalificó la lista de los populares: "Huele a covacha, huele a caverna de fiera, huele al pasado: huele a perfume Varón Dandy".

El presidente del PSOE y de Andalucía, Manuel Chaves, dijo que la decisión de apartar a Gallardón responde a "una vía para eliminar a uno de los candidatos más seguros", ante la "hipótesis más que probable" de que el PP "no gane las elecciones".

"ULTRADERECHA" El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, fue uno de los pocos miembros del Gobierno que valoró la decisión de Rajoy. Con su habitual claridad, Bermejo situó al PP bastante lejos del centro: "Es tan derecha, tan ultraderecha, que no deja sitio ni siquiera para un hombre de centro-derecha como el señor Gallardón".

Fuentes de la Moncloa insisten en que no se trata de un triunfo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reconocida enemiga política de Gallardón, sino de una decisión personal de Rajoy.

En cuanto al resto de fuerzas, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, consideró que "la extrema derecha no solo gobierna el PP del presente, sino que prepara el Gobierno del PP del futuro". Además, se mostró convencido de que la izquierda ganará las próximas elecciones generales "por sus propios méritos" y no por "el demérito del PP".

Mientras, Uxue Barkos, de Nafarroa Bai, destacó que "la posición de Aznar es la que ha ganado". La diputada se refirió a un "coup de force de Esperanza Aguirre", un "personaje importante en ese ala más dura del PP".

El portavoz de CiU en el Parlamento catalán, Oriol Pujol, remarcó que es la muestra de que el PP ha hecho del "anticatalanismo su bandera política". Joan Puigcercós (ERC) situó a los populares en la derecha "extrema y dura". Además, según Puigcercós, el fichaje del expresidente de Endesa es una prueba de la influencia que todavía ejerce Aznar y de la falta de autoridad del actual líder del PP.