La izquierda aberzale y sus aliados no tienen dudas de que la situación vasca ha entrado en una nueva etapa, pero viven con impaciencia creciente la tardanza de ETA en responder a sus emplazamientos para que declare un alto el fuego "permanente, unilateral y verificable". Los rumores que apuntaban al puente de la Constitución como el momento idóneo para el pronunciamiento de la banda se han visto desmentidos y ahora ya se mira hacia el próximo fin de semana con la expectativa puesta en un nuevo comunicado que mueva el tablero vasco.

En todo caso, y aceptando que "los ritmos de ETA" tienen poco que ver con los de la política, fuentes nacionalistas dan por sentado que si ETA ha decidido iniciar la senda que ponga fin al terrorismo, tendrá que responder a lo largo de este mes a los sucesivos llamamientos al cese definitivo de la violencia. Es el único modo de dar tiempo a los herederos de Batasuna para presentar una plataforma electoral en los comicios municipales. Cambiar de año en la actual situación de impasse supondría un claro revés para los intereses de la izquierda aberzale.

ANTES DE NAVIDAD Ya lo anticipó el abogado y mediador surafricano Brian Currin cuando, en su última visita al País Vasco a mediados de noviembre, confesó su esperanza en que ETA declarase un alto el fuego "antes de Navidad". Currin, que es un interlocutor privilegiado de Batasuna, precisó que solo a partir del momento en que la organización realizase el anuncio, se pondría en marcha la constitución de un grupo de cinco expertos internacionales cuya función sería la de ejercer la mediación en el proceso de cese de la violencia e "impulsar" la legalización de la izquierda aberzale.

Allegados a Currin han reconocido recientemente que pueden surgir "problemas" si ETA continúa demorando la respuesta que le pidieron en marzo los firmantes de la Declaración de Bruselas (20 autoridades en resolución de conflictos, entre ellos cuatro premios Nobel) y, desde el 25 de septiembre, los de la Declaración de Gernika (Batasuna, EA, Aralar y Alternativa).

Los integrantes de ese polo soberanista que se aglutinó en Gernika saben que su margen de maniobra es limitado mientras persista el silencio etarra. Por eso no es extraño que el secretario general de EA, Peio Urizar, aprovechara una entrevista el martes en una emisora vasca para exigir a la banda que "declare ya" el alto el fuego.

A finales de noviembre fue la secretaria general del sindicato aberzale LAB, Ainhoa Etxaide, la que utilizó la misma expresión y reconoció lo "urgente" que resulta que ETA "cierre el ciclo de negación de la violencia". Todo un indicativo si se tiene en cuenta que LAB es, hoy por hoy, la única organización legal en el conglomerado social que representa la izquierda aberzale.

CLARO AVISO Los actuales portavoces de lo que en su día fue Batasuna evitan declaraciones que vayan más allá de lo recogido en el documento que presentaron de forma solemne el pasado 27 de noviembre en Pamplona. Ese texto, que confirma la apuesta "exclusiva" por las vías políticas, supuso un claro aviso a ETA al advertir de que en el futuro político vasco "no hay cabida para forma alguna de coacción violenta". El documento anticipó que, "en breve", la izquierda aberzale se proponía presentar nuevos estatutos que permitiesen su legalización. Sin embargo, uno de sus dirigentes ha admitido que el pronunciamiento de ETA debe ser previo a ese paso porque la izquierda aberzale no puede permitirse "gastar cartuchos en falso".

Entretanto, los esfuerzos se concentran en lograr que partidos, organizaciones sociales y líderes reconocidos en el ámbito internacional --el último ha sido el irlandés Gerry Adams-- aboguen en público por la legalización de los radicales. Ayer mismo, la página web de la izquierda aberzale incluyó un mensaje enviado por Arnaldo Otegi desde la prisión de Logroño que animaba a la militancia a seguir dando pasos y a movilizarse porque, decía, se ha recorrido solo una parte del camino y "hay que llegar hasta el final".