Las alfombras rojas con bordados en hilo de oro vistieron de nuevo ayer la yerma franja del paso fronterizo de Beni-Enzar. En esta ocasión los animadores --autodefinidos como activistas de la sociedad civil marroquí-- organizaron en la llamada tierra de nadie pero de uso de ellos un rezo al aire libre precedido por una sesión musical de himnos militares, así como algunos intentos fingidos de poner pie en suelo español. A pesar de que los alborotadores reunieron para su número fronterizo a casi un centenar de personas, la mayoría llegadas en dos autocares de Ceuta y Tánger, al acto le faltó la tensión de anteriores citas y los organizadores no se atrevieron a interrumpir el paso.

Tras el éxito cosechado en agosto con el bloqueo de Melilla y los carteles contra las policías de la frontera, los dos líderes de la tierra de nadie, Said Chramti y Chauki Abdelmonaim, están perdiendo fuerza. Hasta que no aparecieron los extras en autocares, tuvieron que conformarse con contratar previo pago de unos cuantos dirhams a la decena de chavales que merodean en la frontera repartiendo impresos a cambio de una limosna.

Meros títeres de Rabat, Chramti y Abdelmonaim tomaron ejemplo del líder del PP, Mariano Rajoy, que el jueves visitó Melilla de puntillas. Midieron sus palabras. Eso sí, gritaron y redecoraron las vallas del paso con pancartas, algunas antiguas y otras renovadas, como una inusual exigencia al Gobierno marroquí para que tome cartas en el asunto. Pero, aún así, había ambiente de último día de función. Con pocos aplausos y sin vises. Al menos, de momento.

LA ENTREVISTA A la espera de la entrevista que el lunes mantendrá el presidente José Luis Rodríguez Zapatero con el rey Mohamed VI, no hay nada nuevo convocado para los próximos días en la frontera. Y la fanfarronada que los activistas llevaron a cabo en los últimos días, advirtiendo a los melillenses con segunda residencia en Marruecos de que se les había acabado el chollo de pernoctar sin permiso, parece haber sido desactivada por Rabat. Ayer mismo, miembros de la embajada de España en Marruecos se interesaron por esas amenazas que circulaban en la ciudad autónoma y negaron después que se fuese a poner limitaciones a pasar la noche en el país vecino.

ANFITEATRO DE LAMENTOS Pero las cosas que ocurren al otro lado de la frontera son tan "imprevisibles", como decía hace poco un alto cargo del Ministerio del Interior, que se puede esperar cualquier nuevo espectáculo en este inusual paso fronterizo que Rabat utiliza como anfiteatro para escenificar sus quejas.

¿Y qué le duele ahora a Rabat? "Vete tú a saber", reconocía un alto responsable policial. Tampoco era fácil entender lo que ayer se exigía en Beni-Enzar. Entre las proclamas a Alá, los himnos y las consignas costó descifrar las reivindicaciones. El cóctel era ininteligible: desde las tradicionales aspiraciones territoriales de la monarquía alauí a la denuncia de racismo en el consulado de Nador, pasando por la brutalidad policial y llegando a pedir la liberación de un hombre encarcelado en Marruecos por desvelar una trama de corrupción policial que colaboraba con mafias de la droga. Todo eso entró en el discurso de los títeres de la frontera. Desde Madrid y Rabat, estudiando el acto a distancia, varios analistas aseguraron ayer que si nada ni nadie lo rompe, en las próximas semanas el cartel de No hay función colgará discretamente en la frontera.