Los impuestos de sucesiones y de patrimonio gravarán sólo las fortunas a partir de unos 500.000 euros (más de 83 millones de pesetas), según los planes del PSOE. La estrategia socialista con respecto a estos gravámenes cedidos a las autonomías se centra en eximir del pago al 85% de sus actuales contribuyentes, las rentas medias y bajas, pero sin suprimirlos como iba a hacer el PP.

El nuevo sistema consiste en cuadruplicar el mínimo exento general del impuesto sobre patrimonio, situado ahora en 108.200 euros (18 millones de pesetas) --con la excepción de la vivienda habitual, hasta 150.253,03 euros (25 millones de pesetas)-- y convertirlo en "una función creciente respecto de la edad". En sucesiones, el mínimo general exento actual se sitúa en 18.000 euros.

Las reformas se negociarán con las autonomías, a las que afectará la merma de ingresos. La modalidad para el tributo sobre el patrimonio, un mínimo exento más elevado a mayor edad, sería un elemento "innovador" y "más justo", según fuentes socialistas. De esta manera, se primaría la riqueza obtenida con el ahorro y el esfuerzo de años, según los expertos.

MINIMO EXENTO Durante la campaña electoral, el responsable del programa económico del PSOE, Miguel Sebastián, habló de un mínimo exento de 12.000 euros (dos millones de pesetas) por cada año de vida, de modo que un contribuyente de 50 años tendría exentos 600.000 euros (100 millones de pesetas).

En patrimonio, la medida podría traducirse en que 850.000 declarantes quedaran eximidos del tributo. La modificación adecuaría la tributación a la realidad del mercado, ya que los inmuebles forman parte de más del 90% del millón de declaraciones del tributo y suponen más de un tercio de su base, según datos de Hacienda. En las ciudades, el precio de las viviendas, cuyo valor catastral --el de referencia para el tributo-- se ha multiplicado, supera con creces el mínimo exento actual.

CLASE MEDIA En España, el impuesto sobre el patrimonio recae esencialmente, sobre las clases medias. Las participaciones en empresas familiares están exentas y las grandes fortunas suelen usar fórmulas de optimización fiscal como las sociedades.