Los militantes socialistas que se congregaron en un hotel bilbaíno para seguir la noche electoral fueron más expresivos que el propio Patxi López. Mientras las bases se mostraban eufóricas, clamando por un desalojo del PNV que veían posible con el apoyo del Partido Popular, el candidato del PSE fue algo más cauto y declaró, tras conocer los resultados, que no renuncia a presentar su candidatura. El líder socialista no entró a valorar con qué respaldo contaría, pero subrayó: "Los vascos han votado cambio y voy a hacer todo lo posible por hacerlo realidad". Los de ayer fueron los mejores resultados del PSE en toda su historia.

EL OPTIMISMO DE LOPEZ La emocionantísima noche electoral se cebó especialmente con los socialistas. Los primeros datos les pronosticaban 25 parlamentarios, para subir, según avanzaba el escrutinio, hasta los 26. Todo un éxito, comparados con los 18 logrados en el 2005. Y cuando a última hora, con el 99% de los votos contabilizados, parecía que consolidaban los 25 asientos, llegó la sorpresa: Eusko Aalkartasuna les arrebataba, por escasísimo margen, el escaño 25. Pero Patxi López señaló: "No os preocupéis, con el voto del exterior recuperaremos el 25". Los rostros de los dirigentes socialistas, entre los que se encontraban Txiki Benegas y la ministra Cristina Garmendia, reflejaban la victoria. El candidato a lendakari puso las cifras: "Nos han apoyado 315.000 personas, 40.000 más que hace cuatro años, y hemos pasado del 22% al 30% de los votos. Son los mejores resultados de la historia para el PSE". Los militantes le respondieron con gritos de "¡Ari, ari, ari, Patxi lendakari!" y también "¡Se nota, se siente, el cambio está presente!".

Pese a comprobar que la distancia con el PNV era mayor de la que les anunciaban sus encuestas internas, López aseguró: "Cumpliré mi compromiso. Mantengo mi palabra y la ambición de llevar adelante el proyecto de cambio". No hubo ninguna alusión ni al PP ni a UPD, partidos cuyo respaldo necesitaría previsiblemente para ser investido lendakari.

CAUTELA INICIAL Durante la noche electoral, los dirigentes socialistas se mostraron de entrada cautos. La prevención aconsejó que la primera comparecencia no fuera hasta las 21.30 horas, cuando tomó la palabra el secretario de organización, Rodolfo Ares. Y lo hizo para agradecer el apoyo de los votantes y los voluntarios, "porque han hecho un trabajo magnífico". Aunque no lograron recoger ninguno de los escaños que bailaban, la sensación final de triunfo inundó el hall del hotel.