La tensión crece en Bilbao a dos días de que comience la Semana Grande de la ciudad. Y el Gobierno de Patxi López, que persigue mantener su política de tolerancia cero con la izquierda aberzale, no quiere que la fiesta se le escape de las manos. Por ello, el consejero de Interior del Ejecutivo vasco, Rodolfo Ares, se ha reunido con el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, para blindar la celebración. Así lo relató ayer el propio Azkuna, heterodoxo integrante del PNV, quien mostró su apoyo a la campaña del Gobierno de López contra los símbolos proetarras al recordar que el consistorio que dirige dio la orden de retirar carteles de ese género "hace 10 años".

El alcalde advirtió de los riesgos de los próximos días: "El que quiera politizar las fiestas será culpable y sobre él caerá la justicia". Sin embargo, rechazó la exigencia del PP de mano dura contra las txoznas (casetas festivas) que exhiban carteles de apoyo a ETA. Azkuna apuesta por dialogar con los responsables de cada txozna antes de cerrarla.

AMBIENTE CALDEADO Tanto el consistorio bilbaíno como el Gobierno vasco han asumido que durante los próximos días los simpatizantes de Batasuna pueden realizar sucesivas demostraciones de su fuerza en la calle, aprovechando su alto grado de penetración en la organización de las fiestas. La advertencia de que las autoridades se mantendrán firmes llega con el ambiente caldeado. En primer lugar, por el hecho de que la persona encargada de dar por iniciada la Semana Grande, con el tradicional chupinazo, sea Sonia Polo, hermana de un etarra condenado a 48 años de cárcel por matar a un guardia civil, algo por lo que el PP cargó contra Azkuna, pese a que no es el ayuntamiento, sino la comisión de comparsas, quien designa al encargado de esa acción. El asunto se complicó ayer: Polo recibió un sobre con una bala dentro. El proyectil, del calibre nueve parabellum, fue enviado al Ayuntamiento de Bilbao junto con un recorte en el que aparece la imagen de la txupinera . Ares condenó el envío, que calificó de "hecho despreciable que atenta contra la libertad y seguridad de las personas". El líder del PP vasco, Antonio Basaigoiti, hizo lo propio, aunque no ahorró críticas: "A pesar de que la txupinera sea una mujer que se caracteriza por defender a los que amenazan y a los que matan, a nosotros no nos parece bien que se hagan esas cosas". Antes de que trascendiera la misiva, Polo explicó que la polémica suscitada por su nombramiento "no ha sido nada agradable".

Del nuevo talante que quiere mostrar el Gobierno de López fue una buena muestra la carga de la Ertzaintza contra una marcha aberzale ilegal en el inicio de las fiestas de San Sebastián, el pasado 8 de agosto. El cuerpo policial autonómico detuvo a dos personas. Ahora, la posibilidad de un nuevo encontronazo entre agentes y radicales vuelve a tomar cuerpo. El nuevo foco de tensión es la manifestación convocada por la izquierda aberzale en Bilbao el próximo 21 de agosto, el día grande de las fiestas. Marcando el terreno al Gobierno de López, Basaigoiti expresó ayer su confianza en que la Ertzaintza impida el acto.

PETICION AL JUEZ La asociación Dignidad y Justicia pidió al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón que prohíba la manifestación, como ya hizo con la de San Sebastián, que acabó con cargas policiales. Otro grupo, la plataforma ultraconservadora España y Libertad, se dirigió, en términos similares, a la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Tras la petición de Dignidad y Justicia a Garzón, la fiscalía de la Audiencia Nacional está estudiando la posibilidad de pedir al Gobierno vasco que investigue la manifestación convocada en Bilbao. El órgano judicial también solicitó a Garzón que prohíba tres actos convocados este fin de semana en San Sebastián por considerar que podrían constituir un delito de enaltecimiento del terrorismo.