El Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, anunció ayer que dejará el cargo en otoño. Lo hizo por sorpresa, aunque precisó que la decisión estaba previamente acordada con el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. "De aquí nadie me echa", aclaró. Su renuncia, explicó, es por su próxima jubilación como rector de la Universidad Carlos III, y por su voluntad de centrarse en la labor de organizar el relevo en ese centro.

La noticia revolucionó el Tercer Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, en Valencia. El líder del PP, Mariano Rajoy, celebró el anuncio del cese, que calificó de "buena decisión", y aseguró que la creación del cargo "fue un error". Reprochó a Zapatero su trato a las víctimas y le acusó de hacer "méritos" con ETA con su "actitud mendicante".

Tanto el Gobierno como el PSOE --y el resto de partidos políticos aparte del PP-- elogiaron la labor de Peces-Barba y lamentaron que no continúe asumiéndola después del verano. Sin embargo, fuentes de la Moncloa se mostraron molestas por el hecho de que difundiera su renuncia en el congreso de Valencia y en un momento de especial tensión por la hipotética cercanía de una negociación con ETA. En Valencia, Peces-Barba desmintió con rotundidad que el Gobierno se plantee negociar sin una tregua de la banda.

El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, se felicitó de que el comisionado no haya logrado el objetivo de "comprar el silencio de las víctimas con dinero".

Igual de dura se mostró la catedrática Gotzone Mora, que se levantó de la sala, junto a unos 50 miembros de la AVT, cuando el alto comisionado empezó su intervención en el congreso, donde explicó el proyecto de ley de solidaridad, que se aprobará antes del verano. Fuera del auditorio, los acompañantes que arroparon a Mora profirieron proclamas contra el Gobierno.

MANJON Y LA VIUDA DE BUESA Pilar Manjón fue de las pocas que agradeció la labor de Peces- Barba. La presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo le dio las gracias por su gestión y calificó de "pérdida" su renuncia. La viuda del socialista asesinado Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, le calificó de "demócrata reconocido" y afirmó que ha sido "hostigado por algunos sectores". En contraste, su cuñado, Mikel Buesa, presidente del Foro Ermua, juzgó "saludable" la renuncia.

El cese de Peces-Barba eclipsó el resto del congreso, cuyos más de 300 asistentes recibieron mensajes de apoyo grabados, entre ellos del primer ministro británico, Tony Blair, y de los expresidentes del Gobierno José María Aznar, Felipe González y Leopoldo Calvo-Sotelo, a los que aplaudieron más o menos en función de sus simpatías.