El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha aceptado la reforma 'express' de la Constitución que esta mañana ha presentado el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, como última exigencia a los socialistas para alcanzar un pacto "de gobierno", según las palabras del político 'naranja'. "Si esas son las peticiones que tiene C's, que no le queda duda a nadie que habrá acuerdo", ha replicado. "¿Y qué tipo de acuerdo?", le ha preguntado una periodista a Sánchez cuando abandonaba una abarrotadísima sala de prensa del Congreso. "De legislatura", ha respondido mientras salía ya por la puerta.

Lo que se ha cuidado mucho de no explicar todavía Sánchez es qué ocurre con el resto de medidas que lleva casi dos semanas negociando, también en fin de semana y de madrugada, con Ciudadanos. Había escollos reconocidos por ambas partes en legislación laboral; reforma fiscal o el campo educativo, entre otras. Pero lo máximo que han llegado decir desde uno y otro partido en las últimas horas es que ha habido "avances", puntualizando que también quedaban "flecos". Nada más.

Así las cosas y tras una reunión discreta que se produjo este lunes, en el Parlamento, entre Sánchez y Rivera, en la mañana de este martes el líder de C's ha decidido salir a la palestra a reclamar públicamente al PSOE un "último esfuerzo" para dar su visto bueno a un paquete de regeneración, reconvertida formalmente en una 'reforma express' de la Constitución, con cinco demandas concretas. Curiosamente, Sánchez convocó a la prensa unos minutos después para dar respuesta también pública a Rivera, pero esa primera convocatoria terminó anulándose y se aplazó hasta las cuatro de la tarde. Finalmente se produjo a la cuatro y media: se aceptaba la propuesta de los 'naranjas' en pro del pacto.

"TIEMPO DE DIÁLOGO"

Así, mientras una delegación de su partido estaba reunida con los representantes de Podemos para tratar de negociar su apoyo (o su abstención) a una posible investidura, el aspirante socialista a La Moncloa confirmaba a los periodistas que acepta reducir de 500.000 a 250.000 el número de firmas necesarias para impulsar iniciativas legislaturas populares; limitar el mandato del presidente del Gobierno a España a un máximo de 8 años; terminar con los aforamientos en Cortes y los parlamentos autonómicos y reducir a la mitad -de 20 a 10- el número de miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y, lo que parecía más complicado, suprimir las diputaciones.

"Iniciaremos la supresión de las diputaciones para impulsar nuevos entes de consejos provinciales de alcaldes y alcaldesas que puedan garantizar los servicios a los ciudadanos vivan donde vivan", ha recalcado el secretario general de los socialistas que, hasta en tres ocasiones ha recalcado que si la clave para un acuerdo con Rivera era aceptar este paquete de reforma de la Carta Magna, la cosa estaba hecha. "Si estas son las propuestas decimos que sí a un nuevo tiempo presidido por el diálogo", ha insistido.

FALTAN NÚMEROS

Obviamente, cualquier pacto entre PSOE (90 escaños) y C's (40) es insuficiente para garantizar una investidura el día 5 de marzo, jornada en que se celebrará la votación en la que ya no es necesario tener mayoría absoluta para ser presidente. Basta con acaudalar más "síes" que "noes". Para terminar de cuadrar ese círculo, los socialistas tienen este martes otra jornada maratoniana de encuentros en el Congreso, donde se ha citado primero con Podemos y después, de nuevo, con todos los grupos de la izquierda juntos.

Parece difícil encontrar una fórmula final que permita que Podemos y Ciudadanos ayuden, de una u otra forma, a garantizar la investidura de Sánchez. Sin embargo el PSOE quiere intentarlo. El resto de actores políticos también hace sus propios movimientos en la línea de 'barrer para casa' o buscar guiños de aquellas formaciones con las que podrían sentirse más cómodas votando. Eso explica que C's se reúna con el PP en busca de su abstención mientras el jefe de los 'morados', Pablo Iglesias, hace lo propio con ERC y Democracia i Llibertat.

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