El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, asegura en una entrevista en el diario 'Levante' que se siente "en deuda" con los siete millones y medios de votantes que el PSOE tuvo en abril. "Me siento en deuda porque he intentado un Gobierno progresista y no lo he logrado. Por eso pido un último esfuerzo a los españoles para que el 10 de noviembre acudan a votar y demos una salida a esta situación de bloqueo", afirma.

Durante la conversación, el candidato socialista analiza el fiasco de su investidura y culpa a Podemos de la situación. Sánchez cree que un Ejecutivo bipartito "habría sido un Gobierno paralizado por sus propias contradicciones". "Con todo lo que está pasando en Cataluña por el calendario que nos viene, con la sentencia del Tribunal Supremo ante los líderes del 'procés', habría sido tener dos gobiernos en uno: un Gobierno defendiendo la Constitución y el otro diciendo que existen presos políticos en España", añade.

Un pacto con Cs, "ciencia ficción"

Pero, si Podemos no es un socio fiable, ¿puede serlo Ciudadanos? "Eso es ciencia ficción", responde Sánchez. "Un señor que no se me pone al teléfono, que me ha vetado y se ha puesto en brazos de la ultraderecha, que cada vez que dice tres palabras, una es Sánchez y para insultar... No creo que tenga mucha verosimilitud. Otra cuestión es que Podemos y el señor Iglesias utilicen esa, digamos, estrategia dialéctica", asegura sobre Albert Rivera.

En cuanto a la situación en Cataluña, subraya el "fracaso" del independentismo y recuerda que el Estado tiene "herramientas constitucionales homologables al conjunto de países de la UE" para responder a estas crisis. "No vamos a contribuir a echar más gasolina al fuego, pero sí creo que el cometido que tiene un Gobierno es garantizar la seguridad y la convivencia", dice antes de volver a pedir al soberanismo que "condene de manera radical y rotunda cualquier tipo de violencia".

También recuerda las intimidaciones a una periodista en la manifestación del pasado martes, segundo aniversario del 1-O, para apuntar que "eso también refleja algo". "Que haya empresas que han salido de Cataluña como consecuencia de la inestabilidad también refleja que hay una crisis de convivencia", concluye. Su receta para tratar con el Gobierno catalán, en manos de los independentistas, es "primero ley y luego diálogo". Y subraya que las formaciones soberanistas "tienen una mayoría parlamentaria, pero no tienen una mayoría social que les avale", porque entre otras cosas nunca han conseguido más de un 50% de apoyo en las urnas.

En cuanto a la situación económica, el candidato del PSOE asume que "hay un enfriamiento", y que "algunas razones tienen que ver con las dinámicas internacionales", pero cree que no hay que caer en el "alarmismo" porque España "sigue creando empleo".