Los europeos son los ciudadanos del planeta que más se han desplazado por él, colonizándolo y, en ocasiones, matándose unos a otros. En dos momentos históricos provocaron sendas guerras mundiales. Concibieron ideologías totalitarias que marcaron de horror el siglo XX: el fascismo y el comunismo.También pasaron hambre. Causas, todas ellas, de la emigración masiva.

La actual Unión Europea es la respuesta a todo ello. Su éxito dependerá de cómo se gestionen algunos retos importantes, del presente y del futuro. Uno de los más relevantes y peligrosos: la inmigración. Europa se ha convertido en el destino para millones de personas que huyen de sus países buscando un lugar donde poder vivir en libertad. Pero ésta no está preparada para aceptar, gestionar e integrar este fenómeno (vital para nuestra economía). La falta de una política migratoria lleva a que muchos problemas vayan convirtiéndose en peligros.

El surgimiento de un terrorismo internacional que utiliza el islam como ideología totalitaria, junto con el hecho de que muchos de los inmigrantes profesen la religión musulmana, no va a contribuir a conseguir la sensatez y determinación necesarias para encontrar soluciones.

El debate sobre cómo enfrentar lo migratorio, armonizando las políticas en la UE, encontrando fórmulas de integración, definiendo criterios migratorios para incentivar la llegada ordenada, son algunos elementos clave a los que la UE debe enfrentarse unida y creativa. Y comprenderán que no es lo mismo que Europa sea gobernada por los que aborrecen del laicismo y prefieren la referencia religiosa tradicional en la Constitución, dejando más de un millón de ilegales en España, que por otra opción de gobierno. Por eso son importantes las elecciones europeas del domingo.