La polémica está servida en el fallo del denominado caso Roquetas por la muerte del agricultor Juan Martínez Galdeano en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad almeriense. La jueza ha condenado a 15 meses de prisión al teniente José Manuel Rivas, responsable de las dependencias policiales en el momento de los hechos, además de obligarle a cumplir tres años de inhabilitación por un atentado no grave contra la integridad moral del fallecido y una falta leve de lesiones.

Asimismo, absuelve a cinco de los agentes y condena a una multa de 540 y 720 euros a otros dos oficiales también por lesiones. Todas las partes han anunciado ya que recurrirán el fallo.

RESISTENCIA "AGRESIVA" La sentencia de la Audiencia provincial de Almería establece como hechos probados que la tarde del 24 de julio del 2005 Juan Martínez Galdeano había ingerido cocaína y presentaba una fase inicial de "delirio agitado" cuando llegó al cuartel, que se traduce en la "activa y agresiva resistencia" a los agentes.

La jueza desestima un homicidio imprudente o torturas, al estimar la levedad de las más de 50 lesiones, de carácter superficial, y porque "no puede decirse que la acción de los agentes fuera causa directa de la muerte".

No obstante, el tribunal destaca que los "golpes directos" que los tres agentes culpables --el teniente Rivas, María José Sánchez y Juan Antonio Moreno-- propinaron al agricultor "van más allá" de los medios de reducción de un detenido. El tribunal absuelve a los otros cinco agentes imputados porque, sostiene, "no pudieron evitar" la actuación de sus compañeros.

Sí se subraya en la sentencia el abuso de autoridad de los oficiales condenados, sobre todo de Rivas, que adoptó una actitud "altanera y prepotente" y que recurrió a porras "no reglamentarias e innecesarias" con "la finalidad de humillar y vejatoria, aunque no grave".

La Audiencia de Almería establece, además, una indemnización por el daño moral y las lesiones sufridas de 6.000 euros a los familiares del fallecido, que, ante la sentencia, estallaron en gritos de "asesino".

RECURSO La defensa se mostró "moderadamente" satisfecha con el fallo, pero recurrirá al Supremo para pedir la libre absolución. La acusación particular cree que con la sentencia sienta una peligrosa jurisprudencia que da "vía libre para que los consumidores de drogas sean apaleados hasta la muerte".