Los marineros del Playa de Bakio pudieron dormir ayer en sus casas en Pontevedra y en Bilbao tras el largo viaje de vuelta desde el Indico. Los 13 pescadores aterrizaron en la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) a las siete de la mañana, donde fueron recibidos por la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, la única alto cargo del Gobierno que se trasladó al aeropuerto madrileño.

Con cara de cansancio y con poco ánimo para hablar a los periodistas sobre su periplo, los pescadores se trasladaron a un pabellón de la base militar para saludar al armador en privado. Un par de horas después cogieron el último avión que les llevaría hasta sus familias. "No vimos el regreso a casa. Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra", dijo, emocionado, el contramaestre gallego, Angel Fernández El patrón, Amadeo Alvarez, explicó que tiene que tomar pastillas para dormir, ya que durante el cautiverio tanto él como el capitán solo pudieron descansar unas 10 horas. "No temimos por nuestra vida hasta el último día, cuando nos tiraron al suelo como colillas", añadió.

PRIVACIDAD Los marineros agradecieron el apoyo de los periodistas y del Gobierno, pero pidieron privacidad y respeto a la prensa tras ver la expectación que han generado, informa Ana Garbati. Los abrazos y las lágrimas de alegría se quedaron para ellos. Nada de fotos.

Tampoco quisieron comentar nada sobre el rescate. Preguntada ayer sobre si el Ejecutivo había pagado a los piratas para conseguir la liberación, María Teresa Fernández de la Vega volvió a ser igual de críptica que hasta ahora: "El Gobierno ha hecho todo lo que debía hacer y nada de lo que no debía hacer".