Ainhoa García Montero, Laia. Curtida en el comando Buruntza, está considerada como uno de los dirigentes de la organización terrorista. Tiene varios asesinatos en su historial: participó en el atentado de Beasain que, en noviembre del 2001, costó la vida a dos ertzainas de tráfico; también estuvo implicada en las muertes del presidente de Adegi, José María Korta; el director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga; y el jefe de la Ertzaintza Mikel Uribe.

La presunta etarra podría estar relacionada también con el envío de paquetes bomba al decano del colegio de abogados de Guipúzcoa, José María Muguruza, en octubre de 2000, que no llegaron a estallar, y contra el periodista Gorka Landaburu, quien perdió un dedo en el 2001.

Esta joven de 27 años tenía fuertes vínculos con la localidad cacereña de Acehúche, puesto que era el pueblo de su madre y solía pasar largas temporadas en casa de su abuela hasta que ésta murió hace cinco años. Vivía a caballo entre este pueblo cacereño y la ciudad guipuzcoana de Hernani, de donde era natural. Su padre era de origen gallego.

Los vecinos de Acehúche la recuerdan como una joven muy radical en sus ideales políticos y, en ocasiones, el Ministerio de Interior le había seguido la pista hasta el mismo pueblo, aunque para entonces Ainhoa había dejado de acudir a la localidad. Esto sucedió nada más cometerse el doble asesinato de dos ertzainas a quemarropa, a principios del 2002.