Batasuna advirtió ayer de que si el partido socialista no cesa inmediatamente su actitud "obstruccionista" y "represiva", "las cosas pueden ir a peor". Así, sus portavoces dijeron sentir la misma preocupación que la de ETA en su último comunicado, y añadieron que no es la banda ni la izquierda aberzale quienes ponen obstáculos al proceso de paz, sino el Gobierno.

El dirigente de Batasuna Joseba Permach pidió que las opiniones expresadas por ETA en su comunicado "se tengan en cuenta", porque, "aunque no se esté de acuerdo, es un actor fundamental del conflicto". En relación a la respuesta del PSOE al comunicado de ETA, Permach aseguró que, en ese texto, la banda no hace ninguna referencia a que la paz tenga un precio político, por lo que no existen impedimentos para que el Gobierno impulse un "proceso de diálogo político y negociación". Las críticas de Batasuna también estuvieron dirigidas al PNV por haberse situado "al lado de los socialistas" para retrasar la constitución de la mesa de partidos por "intereses electorales y particulares".

El pulso que mantienen el Gobierno y Batasuna se ha recrudecido con el comunicado etarra, pero los puntos de fricción siguen siendo los mismos: la izquierda aberzale desea ser reconocida como un interlocutor legal de facto , sin tener que pasar por el aro de convertirse en otra formación ajustada a la ley de partidos. Además, exige que la tregua llegue también a la Audiencia Nacional. El PSOE, como recordó ayer una vez más su dirigente Rodolfo Ares, pone como condición ineludible que Batasuna se convierta en una fuerza democrática para abordar el diálogo.

LOS PRESOS ETARRAS Por su parte, el senador del PNV Iñaki Anasagasti reclamó a José Luis Rodríguez Zapatero "coraje político" para acercar a los presos de la banda, y consideró que el Gobierno "tendría que haber condicionado de alguna forma" las decisiones de la Audiencia Nacional desde el alto el fuego de ETA.