Hay un hombre en Ciudadanos que lo hace (casi) todo. Es un desconocido para el gran público, porque se quedó sin escaño en la repetición de las generales, en 2016. Iba en el puesto número siete por Madrid y sacaron seis. Aprendida la lección, ahora se presentará como número uno por Granada. Se llama Fran Hervías y es el secretario de Organización, el responsable de la expansión del 2015, que se ha revelado insuficiente. En estas últimas semanas, Hervías y otros miembros de la cúpula naranja se han volcado en confeccionar las listas para las municipales y autonómicas de mayo y han tenido que apretar el acelerador con las generales.

Han echado mano de empresas cazatalentos, como Seeliger y Conde, para localizar a políticos en potencia, y han ocupado sus agendas con almuerzos y cafés para intentar fichar a miembros del PP. Sin éxito, en ocasiones, como en Aragón, donde finalmente se presentará el independiente Daniel Pérez Calvo. Más suerte han tenido con Silvia Clemente, hasta el jueves expresidenta de las Cortes de Castilla y León con el PP, y desde este domingo probable futura cabeza de la lista naranja en la comunidad. Además, ayer se supo que Albert Rivera contará también con Joan Mesquida, exdirector de la Policía con José Luis Rodríguez Zapatero y que dejó el PSOE hace unos meses, para encabezar la lista al Congreso por Baleares. Ambos deberán someterse a unas primarias en las que, con el apoyo de la dirección, parten como favoritos.

Cambios en 11 de 13

Los de Ciudadanos, tras años en los que han cargado contra los males del bipartidismo, acuden a él para localizar políticos que encabecen sus proyectos. «Otra contradicción más de Rivera», dice con una sonrisa un alto cargo del PP. El mercado todavía no se ha cerrado, admiten en la sede naranja, donde se subraya la «discreción» en los relevos. De los 13 candidatos que se presentaron en las autonómicas en 2015, han cambiado a nada menos que a 11. Solo repiten Ignacio Aguado (Madrid) y Xavier Pericay (Baleares).

Los conservadores intentaron quitar importancia a la espantada de Clemente y subrayaron que algunos medios han puesto en duda su «honestidad». Lo dijo Javier Maroto, vicesecretario de Organización, en referencia a algunas informaciones sobre el marido de Clemente, que supuestamente destinó un millón de euros de origen desconocido a reformar una casa. Paradójico, porque en la mayoría de ocasiones el partido desprecia la información periodística cuando denuncia escándalos (y les afecta) porque no hay una sentencia que la corrobore.

Cuando empezaron a publicarse las noticias, en diciembre, Clemente sintió que su partido no la protegía. Echaba de menos a Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP en la comunidad. Entre ese gesto y que los conservadores pasan un momento delicado, con escándalos a punto de ser investigados en las Cortes, decidió dar el portazo.

Arrimadas, portavoz de la ejecutiva, sacó pecho de los fichajes y destacó que Rivera es el único líder capaz de «atraer talento». Con estos dos anuncios, más el salto de la jefa de la oposición catalana al Congreso, Ciudadanos ha marcado el inicio de la precampaña. Según la dirección de los naranjas, si hace dos años lograron que el PP se hundiera en Cataluña (solo 4 escaños en el Parlament), ahora, quieren que una de esas hacedoras, Arrimadas, ayude a hacer lo propio en toda España y que Ciudadanos logre el sorpasso a los de Pablo Casado. En Génova siguen elaborando sus listas, han tomado nota y admiten que los naranjas han ganado «en potencia».