Mariano Rajoy es un gran invitado potencial para hacer de relleno en una fiesta. No se indispone con casi nadie y es capaz de amoldarse a las circunstancias sin excesivos miramientos. Como líder del PP, ha demostrado una capacidad sorprendente para pasar por encima de situaciones complejas, incluso desagradables, algunas presuntamente ilegales, que afectan a sus subordinados. Si hay que tragarse un sapo, sin perder la compostura, pero evitando en lo posible las situaciones incómodas.

En apenas 72 horas, ha demostrado sus dotes de camaleón. El lunes, en Palma, felicitó efusivamente al candidato popular a la presidencia de Baleares, José Ramón Bauzá, por limpiar de imputados las candidaturas de su comunidad. Y el martes se echó en brazos de un imputado por cohecho, Francisco Camps, a quien le expresó su "amistad sincera" y su "apoyo".

Ayer viajó a Barcelona para mostrar su respaldo a Alicia Sánchez-Camacho y Alberto Fernández Díaz. Y la campaña del PPC, quizá una de las más duras que haya hecho, se tornó suave. La retranca le arrebató el espacio a las vísceras y Rajoy acusó al PSOE de practicar discursos distintos en distintos lugares. Sabe de qué habla. En definitiva, el PP catalán, esta vez sí, se centró. Nadie acusó a los inmigrantes de traer enfermedades ni prometió asegurarse de que los españoles reciban ayudas antes que los foráneos.

Si Rajoy es un amante de la tierra de nadie, el PPC le ayudó a evitar el campo de batalla. Los populares eligieron L´Hospitalet, la segunda ciudad, después de Barcelona, más poblada de Cataluña y donde el PP no tiene nada que hacer el 22-M. Una hipotética derrota del PSOE en la capital catalana y en Sevilla, dos de los feudos que el partido teme perder, situaría a L´Hospitalet a la cabeza de las ciudades más pobladas de España gobernadas por un alcalde socialista.

LEJOS DE LA ARTILLERIA Con la elección de la localidad, los populares descartaron los dos escenarios en los que han concentrado su artillería: Barcelona y Badalona. En la capital catalana, Fernández Díaz parece llamado a ser decisivo para la elección del futuro alcalde. Nunca antes su partido ha tenido esa oportunidad, que por lógica y aritmética llevaría a pactar con CiU. En Badalona, Xavier García Albiol roza el empate con el PSC y disfruta de una campaña que poco difiere de su día a día en la ciudad en las últimas décadas, y que se basa en prometer mano dura con los extranjeros en situación ilegal y explotar el descontento de la población que un día también fue inmigrante.

Rajoy no hizo alusión a la inmigración, ni una palabra sobre un tema que con tanta estridencia agitan los conservadores catalanes. Como siempre últimamente en Cataluña, y son bastantes las visitas recientes, el presidente del PP hizo un discurso de perfil bajo, con críticas al PSOE y alabanzas a la gestión de Sánchez-Camacho. Cita, de nuevo, de los elogios de Cervantes a la ciudad, y adiós.

Antes que su jefe de filas, hablaron Fernández Díaz y Sánchez-Camacho. El candidato volvió a denunciar intimidaciones contra miembros de su partido que repartían propaganda el martes. Definió a Barcelona como "la capital de Cataluña, una gran capital de España", y defendió el bilingüismo. Reclamó que se deje atrás la etapa del socialista Jordi Hereu y que se evite una mayoría nacionalista. La presidenta del PPC empezó jaleando a España, y luego dedicó su discurso a la crisis y a criticar la gestión de los socialistas. Hizo un par de menciones a la inmigración. Una para decir que la quiere "ordenada" y otra para culpar al PSOE y a CiU de facilitar que los extranjeros vean legalizada su situación por la vía del arraigo. Pero todo propio de una campaña light.

AYUDAS PARA LOS ESPAÑOLES Porque por la mañana, en la verdadera campaña, Sánchez-Camacho se fue con García Albiol a pasear por Badalona, donde, aunque parezca increíble, elogió la "campaña en positivo y de soluciones" del alcaldable. Este, en su línea, subrayó que la noche anterior alguien había quemado dos coches y cinco motos en la calle. Un joven se acercó a la presidenta del PPC: "A ver si es verdad que las ayudas son primero para los españoles". Ella no dudó en complacer al ciudadano: "Nos hemos comprometido".