Un año antes del 11-M, tres confidentes informaron a la Guardia Civil de la existencia de la trama asturiana que proporcionó los explosivos de los atentados. ¿Qué pasó con las informaciones? Diez guardias civiles de Asturias, incluido el exjefe de zona Pedro Laguna, testificaron ayer ante el tribunal que juzga la masacre. Sus declaraciones pusieron de manifiesto la descoordinación entre las comandancias de Oviedo y Gijón, así como la infravaloración de la amenaza, de modo que la investigación se orientó a un caso local de tráfico de drogas.

El coronel Laguna sostuvo que en el 2003 se investigaron debidamente las informaciones sobre la venta ilegal de explosivos aportadas por los confidentes Rafá Zuhier, y Francisco Javier Lavandera y el narcotraficante José Ignacio Fernández, Nayo . Dijo, sin embargo, que de esas indagaciones "no se sacó nada", por lo que ordenó derivar las pesquisas hacia el tráfico de estupefacientes. Ante la insistencia de un abogado de la acusación sobre la escasa atención que se prodigó a los informadores, Laguna argumentó: "Lavandera nos engañaba constantemente. Así que le dijimos: "El día que tengas explosivos y los veas, nos llamas".

NEGATIVA El exjefe de la unidad orgánica judicial de la comandancia de Oviedo, Pedro Marful, aseguró que se le "escapan los motivos" de la negativa de Laguna a crear un grupo mixto de las comandancias de Oviedo y Gijón con el fin de investigar la trama de los explosivos. El jefe de la comandancia de Gijón, Antonio Rodríguez Bolinaga, sostuvo que Oviedo les solicitó colaboración, pero "nunca" les pasó información sobre el caso.

Otro testimonio revelador lo constituyó el del presidente de la Confederación Nacional de Empresarios Mineros, José Moya, quien afirmó que desde la masacre del 11-M ha enviado "varias" cartas al Ministerio del Interior denunciando la "dejación total del Estado" en la custodia de los explosivos, por la "falta de control" de la Guardia Civil. Aseguró que todavía hoy día es "muy fácil" sustraer cartuchos de cualquier mina, aunque descartó la posibilidad de un robo a gran escala.