Los peores presagios no se cumplieron. Los 26 tripulantes del pesquero Playa de Bakio, secuestrados por piratas en aguas de Somalia, fueron liberados ayer sanos y salvos alrededor der las cinco de la tarde, después de que el armador pagara el rescate, según fuentes conocedoras de la negociación. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, hizo el anuncio a media tarde y atribuyó el "final feliz" a la "acción coordinada del Gobierno, la diplomacia y el armador".

De la Vega no quiso confirmar que la empresa propietaria, Pevasa, satisfizo la cantidad demandada por los captores, aunque el consejero de Pesca del Gobierno vasco, Gonzalo Sáenz de Samaniego, explicó que las "complejas" negociaciones las había llevado "exclusivamente el armador". "Fruto de estas negociaciones se ha dado un desenlace feliz, del que todos nos alegramos", dijo.

CUENTAS EN LONDRES Fuentes del Ejecutivo de Vitoria explicaron que durante la semana que ha durado el secuestro tanto las autoridades vascas como las del Gobierno central se han dedicado a dar todo el "oxígeno" posible a los propietarios del barco para que pudieran centrarse en la negociación con los piratas.

Nadie quería explicar ayer si se descartaba la posibilidad de capturar a los culpables ni cómo se hizo el rescate ni cuánto se pagó. Según la Organización Marítima Internacional, que apoya a los armadores en estos procesos, los piratas están organizados en sindicatos del crimen con tentáculos en bufetes del Reino Unido que facilitan las extorsiones y, en otros casos, tienen cuentas en países del Golfo.

LA CLAVE: LA BOYA ´SOS´ La agencia Reuters habló con el presidente de la autoridad portuaria de la localidad somalí de Haradhere, Abdisalam Khalif Ahmed, quien aseguró que los piratas habían cobrado unos 800.000 euros que les fueron entregados en un barco pequeño. También explicó que los piratas llegaron a la ciudad de Hud, desde donde salieron en coches alquilados.

Cuando De la Vega anunciaba la buena nueva, el pesquero navegaba rumbo a Victoria (Seychelles), donde tiene la base operativa la flota atunera vasca. La fragata Méndez Núñez escolta a la nave en ese viaje, que se prolongará unas 70 horas. Desde allí los 8 marineros gallegos y los 5 vascos serán repatriados y un equipo de refresco se hará cargo del pesquero.

Durante el cautiverio, la preocupación del Gobierno fue garantizar la seguridad de los tripulantes, porque su traslado a tierra habría agravado la situación. El Ejecutivo supo dónde estaba el barco gracias a la pericia de los marineros. Cuando los piratas, con armas de fuego, asaltaron la nave, rompieron la antena y destrozaron la caja azul. Los pescadores lograron lanzar una boya que se usa para indicar la posición de una nave accidentada o que está a punto de naufragar. Según fuentes gubernamentales, esa boya SOS se quedó adherida al casco del barco y facilitó su ubicación. En primera línea de colaboración para conseguir información sobre han estado EEUU y Francia, con presencia militar en la zona.

El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, tuvo palabras de agradecimiento ayer para esos países desde Lima (Perú). José Luis Rodríguez Zapatero rompió su silencio y felicitó a la tripulación, a sus familias y a los servicios públicos que han contribuido "de manera decisiva" a su liberación.