Ni el Gobierno vasco ni el central se apresuraron ayer a enjuiciar la propuesta de Batasuna. La prudencia les aconsejó dejar los comentarios políticos en manos de los partidos. De esas reacciones se desprende que uno y otro esperaban más de la declaración del domingo de la formación aberzale. El PNV avanzó que aceptará el diálogo político que propone Arnaldo Otegi sólo si ETA anuncia antes su desaparición "definitiva".

José Luis Rodríguez Zapatero dejó en manos de Patxi López, líder de los socialistas vascos, la respuesta. López consideró la propuesta de Batasuna "un paso, pero no el paso". Sostuvo que "no basta, porque está lejos de la exigencia democrática" que sería condenar la violencia.

Las condiciones para el diálogo que fija el PNV se dirigen a la banda terrorista porque, según recalcó ayer Josu Jon Imaz, sólo el final de la violencia "creará las condiciones" para hacer posible que los partidos vascos se sienten a hablar. Desde el PSE, López valoró que sea la primera vez que una propuesta política "sale de Batasuna y no de ETA", que reconozca la "pluralidad" política vasca y que "separe la violencia de la construcción nacional de Euskadi".

Los peneuvistas se mostraron más generosos que los socialistas. Decidieron dar un margen de confianza a Batasuna y solicitar al resto de partidos e instituciones que "den pasos" para profundizar en la convivencia.

SIN PREGUNTAS La ejecutiva que el PNV celebra los lunes centró buena parte de su tiempo en el contenido del documento difundido el domingo por Otegi. Fue el propio Imaz quien compareció a media tarde para leer, sin permitir después preguntas, un comunicado que "valora en sus justos términos" que Batasuna apueste por las vías políticas y democráticas. No obstante, observó "claroscuros" en el texto, y precisó que "una apuesta consecuente" exige "la oposición al recurso de la fuerza".

Sin querer entrar en el "irreal" balance que Batasuna formuló el domingo de su propia historia, el PNV confirmó su disposición a aceptar el dialogo "multilateral" propuesto por la coalición ilegalizada para alcanzar "la normalización política y la convivencia" en Euskadi. Y dijo que cualquier acuerdo se deberá sustentar en tres pilares: respeto a la pluralidad de la sociedad vasca, "principio de no unilateralidad", y respeto a la "voluntad" ciudadana.

El PNV precisó además que será en este diálogo entre todos donde deberán analizarse "los mecanismos" de consulta a la sociedad, así como las "vías para que esa voluntad sea respetada". Los peneuvistas decidieron apelar "al conjunto de instituciones y formaciones políticas" para que "en la medida de sus posibilidades" den pasos para "profundizar" en la convivencia.

Rodríguez Zapatero y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, se encontraban ayer reunidos en Segovia con los líderes autonómicos del PSOE, entre ellos Patxi López. Y optaron por que fuera éste quien reaccionara al cónclave de Batasuna del domingo. El criterio del Gobierno central es no salirse del guión de exigir a Batasuna que condene en firme la violencia como única vía para recuperar la legalidad, recordaron fuentes próximas al Ejecutivo.

EL PP NO VE AVANCES El PP fue el único que no vio avance alguno en Batasuna. Su presidente, Mariano Rajoy, pidió a la Fiscalía que investigue si la asamblea de San Sebastián fue ilegal y si en ella se produjo apología del terrorismo. Más contundente fue el secretario general del PP, Angel Acebes, que exigió a Zapatero que ataje las "voces discrepantes" del PSOE y evite "transmitir un mensaje de normalización de Batasuna en la vida política", en referencia al alcalde de San Sebastián, Odón Elorza.