El PNV aireó ayer su enfado --o, en palabras de Iñigo Urkullu, su "decepción"-- con los convocantes de la multitudinaria marcha que se celebró el sábado en Bilbao, a los que acusaron de haberlos estafado al requerir el apoyo peneuvista para un acto de defensa de la libertad de expresión que acabó derivando en una reivindicación de las propuestas que plantea el polo soberanista capitaneado por Batasuna.

Según la versión del presidente del PNV, durante la reunión "discreta" en la que los organizadores de la marcha les pidieron respaldo se concretó que el objetivo sería denunciar las prohibiciones de las manifestaciones anteriores, que convocaba la plataforma Adierazi, y reclamar el respeto para todos los derechos humanos, civiles y políticos.

EXCLUSION Nadie les informó después, precisó Urkullu, de que la última palabra durante el acto iba a corresponder a portavoces de esa plataforma vinculada al polo que conforman Batasuna, EA y Aralar, y que sus demandas, dirigidas al Gobierno de Zapatero esencialmente, iban a ser las mismas que aglutinan a estas fuerzas en una alianza de la que se ha "excluido" al PNV.

"Necesitamos clarificaciones y tomamos nota", advirtió Urkullu, en un claro emplazamiento a los 11 abogados y profesores que promovieron la manifestación, entre los que se encuentra Paul Rios, portavoz de Lokarri, el movimiento a favor del diálogo que logró una notable implantación social gracias al apoyo prestado por el PNV y por los gobiernos de Juan José Ibarretxe.

El presidente del PNV no pasó por alto los abucheos que militantes de la izquierda aberzale dirigieron contra su compañero y presidente del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar, que, cuando accedía el sábado a la cabeza de la marcha, fue recibido al grito de "traidor español". Urkullu devolvió la pelota aventurando que si Batasuna hace por fin gala de "valentía" y le pide a ETA que desaparezca, posiblemente sus miembros pasen a convertirse en "traidores y españoles".

HIPOCRESIA Los socialistas vascos no se acabaron de creer la "decepción" confesada por Urkullu. El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, señaló que, o bien el PNV mantiene una actitud "absolutamente hipócrita", o fueron los únicos que no sabían en qué iba a terminar la marcha del sábado.