Los partidos nacionalistas y varios cargos socialistas han mostrado su respaldo a los cocineros presuntamente extorsionados por la organización terrorista ETA, mientras en el PP han aflorado contradicciones. El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, calificó las filtraciones y la campaña desatada de "linchamiento terrible y vergonzoso" y afirmó que esas informaciones ocultan razones políticas. En la misma línea, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, denunció que no se puede "convertir a las víctimas en colaboradores".

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, señaló que su partido "nunca dará validez a la declaración de un terrorista", en relación a las imputaciones realizadas por el presunto etarra Beotegi. Por su parte, el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, secundado por sus socios de PNV-EA, salió también en defensa de los cocineros.

En el Partido Popular vasco han surgido discrepancias. Mientras su presidente Carlos Iturgaiz afirmaba que no acudiría nunca a los restaurantes de los cuatro cocineros si se llegara a demostrar que pagaron a la organización terrorista, la candidata a lendakari María San Gil aludió a un "frente común" para arropar a los extorsionados. A. U.