El portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, reconoció ayer la preocupación de su partido por el "impasse" del actual momento político y alertó sobre el riesgo de que "la distensión termine por pudrirse", en un aviso a todas las partes, pero principalmente a ETA. Urkullu subrayó la necesidad de evitar que el incipiente proceso de paz se quede "atascado" y al albur de "inclemencias o de movimientos incontrolados".

En las antípodas de la preocupación del PNV, el PP volvió ayer a la carga a través de su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, que acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de "hacer el ridículo" hablando con esperanza del proceso de paz mientras ETA hacía acto de presencia el martes con siete artefactos.

En una actitud inusual, los peneuvistas salieron en socorro del PSOE al denunciar la "presión artera" que el PP ejerce sobre el Gobierno. Urkullu denunció que el discurso de los populares contra el final dialogado de la violencia y a favor de la unidad de España trata de frenar las iniciativas del Ejecutivo, y por eso pidió a Zapatero que se sobreponga a esa presión y haga "gestos que allanen el camino".

MENSAJE A LA BANDA De todas formas, aseveró que el primer y fundamental emplazamiento del PNV se dirige a ETA para que "deje de existir". Consideró "intolerable" que la banda trate de "condicionar" la situación y pretenda "tutelar" el proceso de paz. Además, reclamó a Batasuna que lleve a la práctica su apuesta por las vías políticas.

El PP continuó arremetiendo ayer contra el Gobierno. Zaplana aseguró que las esperanzas de paz del presidente obedecen más a "ensoñaciones" que a una valoración de la realidad. El dirigente conservador criticó en el Congreso de los Diputados que Zapatero hablase el martes de que "se abría una vía de esperanza" para acabar con el terrorismo justo antes de que la banda respondiera "desde la posición que siempre ha defendido, porque siete bombas son terrorismo". Y concluyó: "El Gobierno y Zapatero están suplicando permanentemente y se han hecho concesiones a cambio de nada".

El Gobierno y el PSOE replicaron de inmediato al PP afirmando que la actitud "irresponsable" de los conservadores lo único que hace es "amplificar los atentados" en un momento en el que hay que aprovechar, entre todos, la debilidad de los terroristas.

Además, ante las afirmaciones de Zaplana de que es la primera vez que, después de siete bombas, un ministro del Interior no comparece para dar explicaciones, el propio ministro, José Antonio Alonso, le salió al paso, claramente indignado. "Es absolutamente intolerable que esa persona siga utilizando contra el Gobierno la lucha antiterrorista, algo que queda absolutamente fuera de los parámetros de un Estado democrático y de derecho", afirmó.