El PNV no tomará parte en la ronda de conversaciones que hoy inicia el PSE con todas las fuerzas parlamentarias con el objetivo de convertir a Patxi López en lendakari. El peneuvista vizcaíno Andoni Ortuzar adujo que no actuarán como "comparsas" en un diálogo que tildó de "paripé" porque el acuerdo entre populares y socialistas está "ya hecho".

Al menos, esa es la percepción que impregna la cúpula del PNV tras el encuentro de la pasada semana en su sede de Bilbao con el equipo negociador del PSE. El propio Iñigo Urkullu, presidente peneuvista, subrayó ayer que al rechazar la oferta de pacto de estabilidad que ofrecieron a los socialistas, estos les confirmaron que su objetivo era asegurar los 38 votos necesarios para que López sea investido lendakari. Según el PSE, el PNV se "ha autoexcluido" de los contactos porque aún no acepta unos resultados que le impiden controlar el Ejecutivo.

DESDE HOY El calendario marcado por el PSE se pone en marcha esta mañana en la sede de la ejecutiva, en Bilbao, con las delegaciones de Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (EB). La cita de la tarde es con Aralar, mientras que el encuentro con el PP está previsto para mañana. Los miembros del partido de Rosa Díez, UPD acudirán el viernes.

Aunque los populares no ocultan su intención de cerrar un pacto de Gobierno, López volvió a rechazar ayer cualquier posibilidad de coalición con el PP. "Queremos un gobierno monocolor", dijo, reconociendo que el interés socialista se centra ahora en la investidura y que para ello tendrá que negociar la composición de la mesa del Parlamento, que aspira a presidir el PP.

En el PSE se calcula que UPD votará a favor de López y descartan que EA o Aralar les puedan dar su apoyo aunque se alberga alguna duda sobre la decisión final de una EB sin la dirección de Javier Madrazo.

La previsión socialista es la de constituir el nuevo Parlamento antes de Semana Santa y dejar para después la investidura de López. En ese sentido, Urkullu admitió ayer por primera vez la posibilidad de que el PNV renuncie a presentar la candidatura de Ibarretxe. Aunque aplazó la decisión hasta el último momento, el hecho de admitirla indica que quizá quieran ahorrar a Ibarretxe el trago de la derrota.