El PNV quiere participar en el gobierno de las tres diputaciones forales vascas y está dispuesto a conseguirlo con pactos al margen de sus actuales socios de Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (EB). El portavoz de la ejecutiva peneuvista, Iñigo Urkullu, apuntó ayer que su partido no se quedará parado en caso de que los otros miembros del tripartito opten por negociar una alianza con los socialistas, lo que indirectamente supone avisar de que incluso podrían buscar algún tipo de acuerdo con el PP.

De momento solo se han producido unos contactos iniciales entre las distintas fuerzas vascas. De hecho, el desigual reparto de poder en cada uno de los legislativos de cada provincia, hace inviable que los socios de la coalición gubernamental vasca aseguren gobiernos estables en cada uno de los territorios.

A la hora de marcar el terreno, los peneuvistas cumplen con el rito de manifestar su "vocación preferente" por el tripartito, con la posibilidad de que se incorpore Aralar, ya que ha concurrido con EB a las elecciones. Sin embargo, saben que solo llevan la iniciativa en Vizcaya, mientras los socialistas están decididos a dirigir la negociación en Alava y Guipúzcoa.

Esta situación de desventaja ha causado zozobra en el seno del partido, cuya asamblea nacional se reunirá mañana en Bilbao para analizar los resultados y valorar la política de alianzas.

APOYO POLITICO Además, Arnaldo Otegi no dudó al creer que ANV apoyará gobiernos "de progreso y aberzales" allá donde sea necesario aunque, en este sentido, se confesó "irritado" por la pretensión de Nafarroa Bai de poner condiciones. Otegi dijo que Euskadi ha votado "a favor del proceso" y que los resultados reflejan el deseo mayoritario de que las fuerzas fundamentales, entre las que está la suya, se sienten en una mesa y logren un acuerdo.