El PNV no celebra congresos sino asambleas nacionales. Y ahora acaba de poner en marcha la que concluirá el próximo diciembre con la elección del presidente del partido. La ratificación en este cargo de Josu Jon Imaz o su relevo es por ahora una incógnita porque ni él se postula para seguir ni su opositor en el 2003, Joseba Egibar, confirma la intención de volver a presentarse. El único que ha definido la situación es el expresidente Xabier Arzalluz argumentando que "las navajas están todas levantadas".

Quedan seis meses para manejarlas, el tiempo que dura su complicado proceso electoral a dos vueltas. Los cerca de 30.000 afiliados pueden recoger firmas para avalar a candidatos y luego deben votar en dos ocasiones hasta que, al final, se pronuncien los delegados en la asamblea general. El cónclave será el 2 de diciembre en Bilbao y que las aguas se empezarán a mover en septiembre. Para entonces podrían estar definidas las cuatro ponencias a debate: política, social, organizativa, y cultural. La novedad puede venir de la de organización, dada la voluntad de agilizar los procesos internos, pero los problemas vendrán en la ponencia política. Egibar admite que su decisión de dar la batalla podría estar relacionada con el contenido de la ponencia.

EL MISMO PERFIL DE ARZALLUZ En el 2003, cuando Imaz y Egibar libraron una batalla por hacerse con la presidencia del EBB, no hubo una revisión de la estrategia diseñada durante la última etapa de Arzalluz, con un perfil nítidamente soberanista.

Imaz mantiene un exquisito silencio. Solo el portavoz de la ejecutiva, Iñigo Urkullu, ha pronosticado unas elecciones internas menos enconadas que hace cuatro años. Egibar, por su parte, aseguró ayer que "no existe un PNV de Imaz" --expresión utilizada por ETA y la izquierda aberzale para referirse al sector menos soberanista y más propenso al acuerdo con el PSOE-- sino un único PNV.

Arzalluz ha vaticinado que pronto aflorarán las "grandes diferencias" entre los independentistas (Egibar), y los que buscan "un acomodo en España" que él identifica con los de Imaz. En este sentido, Juan José Ibarretxe ha procurado no mostrar preferencias. El PNV sigue fiel a sus reglas que separan la dirección del partido y la del Gobierno. De todas formas, Egibar reivindica como algo propio el plan Ibarretxe, mientras el sector de Imaz lo recuerda con menos frecuencia.