El PNV no se apea de su demanda de nuevo pacto. El presidente del partido, Iñigo Urkullu, ha trasladado al PSOE que el "acuerdo singular" sobre el autogobierno que exigen no constituye ninguna aventura, como sugirió José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso, sino que tiene cabida en la Constitución, a través de la disposición adicional primera que "ampara y respeta" los derechos históricos vascos.

Ese será el mensaje durante los dos próximos meses. Porque el PNV quiere trasladar a los ciudadanos que si el lendakari, Juan José Ibarretxe, no puede llegar en junio al Parlamento con una propuesta consensuada con Zapatero será porque los socialistas, que han "incumplido" el Estatuto de Gernika, se niegan.

Los peneuvistas tratarán de que cale entre la ciudadanía que su propuesta no genera incertidumbre, ya que se mueve dentro de la legalidad. Urkullu sostuvo ayer, en un encuentro con periodistas, que nunca eludieron la ley en las conversaciones del 2006 del PNV con el PSE y con Batasuna en Loyola (Guipúzcoa) para llegar a un acuerdo que consolidara la tregua de ETA.

RODILLA HINCADA Urkullu reprochó a los socialistas que tras su éxito electoral dejen pasar el tiempo para que el PNV "hinque la rodilla" en las autonómicas y se acentúen las "supuestas" diferencias internas, que él negó. Dijo que se trata de una "estrategia de dilación y dilución" en la que PSOE y PSE van de la mano para ganar las autonómicas.

La dirección del PNV se propone ganar la batalla de la imagen en favor de un acuerdo que "desbloquee" la situación. Pero sigue sin desvelar su propuesta en la prometida consulta de octubre sobre el derecho a decidir. Lo único que aclaró ayer Urkullu es que aceptarán los votos de EHAK para que la Cámara "autorice" la consulta. Y sugirió que la hoja de ruta del lendakari podría verse afectada por el juicio en el Tribunal Superior del País Vasco, que sentará en el banquillo a Ibarretxe, y a los socialistas Patxi López y Rodolfo Ares, por hablar con Batasuna.