El PNV acogió ayer la reforma legal que impedirá que quienes no condenen la violencia se presenten a las elecciones con una sospecha. La concretó el presidente del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar, que dio a entender que las duras acusaciones del exministro del Interior Jaime Mayor Oreja al Gobierno del PSOE de estar negociando con ETA y ser su "aliado potencial" han forzado al Ejecutivo a demostrar públicamente su voluntad de acabar con la banda y con su entorno. "Parece que la sombra de Mayor Oreja en los temas de Interior sigue siendo muy alargada", afirmó Ortuzar. El nacionalista añadió que si al PNV "nunca" le gustó la ley de partidos mucho menos les satisface "su perfeccionamiento".

El rechazo del PNV a la reforma fue expresado en términos similares por todos los partidos nacionalistas vascos y por Ezker Batua, la marca vasca de IU, que integraron un frente parecido al que en su día rechazó la ley de partidos. El PNV, Aralar, Eusko Alkartasuna y EB coincidieron al destacar el "interés" que guía a PSOE y PP para excluir de las urnas a la izquierda aberzale: la posibilidad de que ello les facilite hacerse con la mayoría en algunas instituciones, como ya ha sucedido en el Parlamento vasco.

El coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, pidió a los socialistas que no caigan en la "trampa" que les ha tendido Mayor Oreja y tildó la iniciativa de "muy mala noticia". En medios de EA se valoró la propuesta como un claro "retroceso" y "un aviso a navegantes". En el caso de este último partido el asunto presenta una circunstancia peculiar: su ejecutiva decidirá en unos meses si comparte listas electorales con la izquierda aberzale dentro del llamado polo soberanista.

"UN SERVICIO A LA VERDAD" Entretanto, Mayor Oreja se mostró encantado del escándalo que ha generado y subrayó, desafiante, que el líder del PP, Mariano Rajoy, nunca le ha reconvenido.

El eurodiputado desgranó sus argumentos en declaraciones a la cadena Cope, en las que reveló que, antes de hacer pública su argumentación sobre ETA, que ha hecho que el PSOE, con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, le acusaran de decir "disparates" y de torpedear la lucha antiterrorista, la expuso en el partido. Hasta en tres maitines --las reuniones que Rajoy mantiene los lunes con dirigentes del partido-- explicó su peculiar teoría, dijo ayer, sin que "nadie" le hiciera "el más mínimo comentario". Y aludió al líder popular: "Lo que sí puedo decir es que en todos los encuentros, en maitines y en algunas conversaciones que he mantenido con Rajoy, jamás me ha dicho: ´Oye, rebaja esto´. Jamás me ha dicho eso".

El exministro siguió reivindicándose: "Hacer un servicio a la verdad nunca hace daño al partido al que tú perteneces". Sin embargo, mirando al pasado se contradijo: "Mi obligación es decir la verdad, y cuando dije que se estaba llegando a una tregua trampa hice daño al Gobierno del PP y a lo mejor me quedé solo, y cuando dije lo de Perpiñán llegó a afirmar que el Estatut era el fruto de la reunión de Carod-Rovira con ETA tuve la sensación de que me podía estar quedando solo y podía estar haciendo daño a mi partido en Cataluña, pero creo que tengo el derecho y debo atreverme a decir la verdad de lo que creo".

RESPUESTA DE RUBALCABA El ministro del Interior mostró ayer su enfado con Mayor Oreja: "Estamos mandando un mensaje de firmeza a ETA. O bombas o votos. Y si alguien como Mayor Oreja lo pone en duda, no hace más que debilitar esa firmeza frente a la banda terrorista. Aparte de ser falso lo que dice, lo peor es que no ayuda en nada. ¿Qué no lo ve?". No obstante, Rubalcaba no quiso entrar a valorar que Mariano Rajoy no le haya frenado. El ministro también desvinculó la reforma legal con las palabras de Mayor. "Llevamos seis meses preparándola y había que enviarla al Congreso antes del 12 de abril", dijo.