La dirección de Podemos admitió estar en «shock» a raíz de su última crisis, la más virulenta en la historia del partido, pero ahora, tras el toque de atención de los barones y la dimisión del líder en Madrid, Ramón Espinar, los morados empiezan a dar muestras de haberlo interiorizado y querer reaccionar. La portavoz de la formación en el Congreso, Irene Montero, aseguró ayer su disposición a hablar «con todos los actores, incluido el partido de Errejón», en busca de la «máxima unidad» de cara a los comicios.

La número dos de Podemos explicó que la estrategia para las próximas semanas pasa por constituir una candidatura con IU y Equo a la que, más tarde, pueda sumarse Más Madrid. O sea, que de momento la cúpula mantiene su intención de presentar una lista propia que, antes de las elecciones de mayo, pueda buscar algún tipo de acercamiento con la de Manuela Carmena, aunque está por ver si en la línea que ofrece la alcaldesa de Madrid.

Hasta ahora, la formación que lidera Pablo Iglesias había dado a entender que se presentaría contra su antiguo número dos, sin posibilidad de ninguna negociación después de que la semana pasada renunciara a su escaño en la Cámara baja. Ahora empiezan a llegar los matices. Donde antes no había nada que negociar parece que se abre un espacio de diálogo y entendimiento. «Estamos trabajando en un proceso participativo que puede incluir a todo el mundo, para poder dialogar y llegar a un proceso de la máxima unidad posible», señaló Montero.

Así, los morados comienzan a rebajar la tensión con quien hasta ahora había sido su compañero y, al que en las últimas horas, no han parado de considerar un «traidor» por presentarse a las elecciones autonómicas bajo el paraguas de Más Madrid.

Este cambio de discurso de los máximos responsables de Podemos se produce después de que diez de los 13 líderes territoriales hicieran pública la declaración de Toledo en la que, entre otras cosas, señalan que es «la hora de cooperar y no de competir». Y tras la inesperada dimisión del dirigente podemista de Madrid, Ramón Espinar, por no compartir las imposiciones de la dirección pese a ser un reconocido pablista. En este contexto, Montero reorientó su mensaje ayer admitiendo la posibilidad de un posible acuerdo con Errejón.

CITA CRUCIAL / Cuando solo restaban unas horas para que se celebre mañana el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, una de las reuniones más relevantes que ha tenido este partido, y a la que se pide a Errejón que no acuda, los líderes de la organización hablaban de la prioridad de frenar a la derecha. «Nuestra voluntad está y estará siempre en encontrar la máxima unidad posible para echar al PP», sentenció Montero antes de apelar a una unidad que evite la entrada de los «trillizos reaccionarios», como denomina a PP, Cs y Vox, en el Parlamento regional. El foco se sitúa ahora en la asistencia o no de Errejón a esta reunión del Consejo Ciudadano, donde continúa teniendo un asiento. El cofundador de Podemos renunció a su escaño, pero no a su pertenencia a la formación, pese a que la actual cúpula sentenció que él mismo se había situado «fuera» de Podemos.

Errejón todavía no ha decidido qué hará mañana, pero Montero, pese a sus palabras dirigidas a buscar una solución antes de las elecciones, le pidió que no acudiera a la cita. «Por responsabilidad, no debería venir», dijo. Es más, casi puso su inasistencia como requisito para que acabe fraguándose un acuerdo. «Es condición de posibilidad para un diálogo», explicó.

Montero aseguró que ahora es el momento de cerrar heridas y que para ello es indispensable un debate en el seno interno del partido. Sea cual sea el siguiente paso de Podemos, la número dos del partido dejó en manos de los inscritos e inscritas cualquier decisión futura. Alienta así los rumores de una posible consulta a las bases sobre si acudir con el cofundador del partido a los comicios autonómicos o, por el contrario, plantarle cara en las urnas. Todo apunta a que será en el encuentro de mañana miércoles donde los dirigentes del partido anuncien el camino a seguir.

NOMBRAR UNA GESTORA / Mientras tanto, a raíz de la dimisión de Espinar como líder en Madrid, la dirección de Podemos ha elegido una gestora para llevar las riendas de la organización autonómica. Hasta que se elija una nueva cúpula, sus integrantes serán Carolina Alonso, Dina Bousselham, Maby Cabrera, Javier Cañadas, Ana Domínguez, María Espinosa, Julio Rodríguez, Jesús Santos y Elena Sevillano. Según Podemos, todos «representan la mayoría política actual en la dirección de Madrid». Este órgano será el encargado de tomar el timón de la organización regional a la espera de que se celebre una asamblea ciudadana que elija a un nuevo Consejo Ciudadano Autonómico y al próximo líder territorial del partido.

En cualquier caso, los movimientos no solo se produjeron en el seno de los morados. También en IU, que dejó claro que no comparte el plan de Podemos de construir una lista con ellos y Equo con el nombre de Unidos Podemos para, solo después, hablar con Errejón. Su responsable de Relaciones Políticas en Madrid, Álvaro Aguilera, fue categórico. «Unidos Podemos no es una marca viable para la Comunidad de Madrid. Hay que superar y trascender ese marco», señaló a Efe. El partido que lidera Alberto Garzón deja así de lado el acuerdo con los de Pablo Iglesias, que fija que ambas formaciones acudirían a los comicios nacionales y autonómicos en coalición bajo las siglas de Unidos Podemos. Según fuentes cercanas a Errejón, representantes de IU y de Más Madrid se reunirán hoy en busca de un modelo alternativo.