P odemos aprieta, pero el PSOE no se detiene. Ni quiere hacerlo. Por mucho que los morados presionen y muestren sin vacilación su incomodidad con la posibilidad, cada vez más cercana, de que Pedro Sánchez acabe negociando con Ciudadanos los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del 2021, la ley que puede garantizar la legislatura. La Moncloa seguirá con su plan de acercamiento a la formación de Inés Arrimadas, y desoirá por tanto la protesta de los de Pablo Iglesias.

Pero a su vez, la queja de Podemos cada vez retumba más fuerte. Y el partido insiste en que no es una pose. No lo fue, subrayan desde la cúpula, su movimiento de ayer. Una comparecencia destinada a reforzar el mensaje de que no transigirá con unas cuentas que tengan el apoyo de Cs, porque lo que persigue es unos PGE refrendados por la mayoría que hizo posible la investidura de Sánchez. O sea, con ERC en la ecuación y no fuera de ella. Pero los socialistas advierten que no ven disponibles a los republicanos hasta que no pasen las elecciones catalanas –sean en otoño o bien a principios del 2021–, por su feroz competencia con JxCat.

Isa Serra, portavoz de Podemos, fue la encargada de lanzar el recado a los socialistas. El proyecto de su partido, dijo, es «incompatible» con el de Cs, y «el PSOE sabe» que no puede contar con su socio de coalición si pacta los PGE con los naranjas. «Confiamos en que el PSOE cuide la mayoría que sustenta este Gobierno», sostuvo Serra.

El mensaje oficial del partido fue refrendado por la ministra de Igualdad, Irene Montero: «Poner de acuerdo a la mayoría progresista que posibilitó la moción de censura y la investidura es el camino para construir unos Presupuestos sociales que se alejen de las recetas de austeridad que tanto gustan a PP y Cs», mantuvo.

Podemos reiteraba la advertencia que hiciera ya en julio. Y en agosto. No quiere componendas con Arrimadas. «No estamos dispuestos a meter a Cs a remover la paella. Si regalan sus votos, genial, pero no va a ser así. Van a pedir cosas a cambio que harán que la suma sea menor», razonan fuentes del partido morado. En Podemos censuran que Sánchez haya «decidido», antes de explorar el entendimiento con ERC, «girar a la derecha en el primer Presupuesto de la coalición».

«Que se vea con ellos, que busque su apoyo, que Esquerra diga no, y entonces hablamos», señalan. La dirección de Iglesias también percibe como una señal de alarma que el presidente arranque el curso político, el lunes, con una conferencia con grandes empresarios (y la sociedad civil). Para los morados, es otro gesto de acercamiento a la derecha, y de ahí que alcen su voz.

La estrategia del PSOE es diáfana: apelar a «todos» (incluidos PP, y sobre todo Cs) para que ayuden y alumbren unos Presupuestos «de país».

La parte socialista del Ejecutivo descodifica el aviso de Podemos como un intento de «marcar perfil», de «celos» y «búsqueda de espacio» propio. «Dará igual lo que digan. Que traigan los votos de ERC». «Son impresentables. Debe haber Presupuestos sí o sí», indica una ministra. «No entiendo que se metan en esos callejones y luego las pasan canutas para salir de ahí», tercia otra.

En las alturas del Ejecutivo y del PSOE, y también del PSC, se ha instalado la convicción total de que ERC no ayudará en estos PGE por su pugna con Carles Puigdemont.

De ahí que insistan en que la aritmética manda, y solo podría haber cuentas del Estado si Cs las apoya, opción que se acaricia cada día más como posible, dado que además estos meses de pandemia han servido para fortalecer la relación con los de Arrimadas. «La pregunta no es si quieres aprobar los PGE con Cs, es si quieres PGE o si quieres prorrogar los de Cristóbal Montoro. Podemos te dice que quiere unas cuentas nuevas. La segunda pregunta es con quién. ¿Alguien piensa que ERC va a dar esa baza a JxCat? Es imposible, y no podemos esperar a las elecciones catalanas», señalan fuentes gubernamentales del máximo nivel.

El malestar del PSOE con los morados crece. Pero la coalición, pese a todo, indican desde el Gobierno, «no está en riesgo». H