Podemos hurga en la paz de la izquierda. El conflicto en Catalunya empieza a agrietar el armisticio escenificado el pasado verano por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el que ambos dirigentes se mostraron dispuestos a reducir las disputas entre sus partidos para coordinar una acción política frente al PP. El cese de hostilidades ha durado poco. Los morados han empleado la escalada de tensión entre Catalunya y el Estado para reprochar al PSOE una respuesta que consideran tibia frente a la actitud “represora” de Mariano Rajoy ante al referéndum independentista.

Los recados a los socialistas empezaron hace semanas, pero este lunes se elevaron ya a críticas sonoras. La ejecutiva podemista censuró la respuesta de Sánchez a las cargas policiales del pasado domingo en Catalunya y le acusó de perder el espíritu con el que conquistó las primarias del PSOE contra el aparato para entregar “un cheque en blanco” al presidente del Gobierno.

“Estamos absolutamente decepcionados con el PSOE. No reconocemos a Pedro Sánchez, que ganó las primarias hace nada”, señaló la portavoz podemista Noelia Vera, en rueda de prensa tras la reunión de la ejecutiva.

"Marioneta" de Susana Díaz

El eje del discurso de los morados es que Sánchez ha demostrado en el conflicto catalán que su tendencia es a alinearse con el PP. Sugieren que el leitmotiv de su campaña de primarias fue solo un modo de diferenciarse de su rival en el congreso interno para conquistar a las bases socialistas, y no una convicción de implementar una política de izquierdas real.

Ahora Podemos exige a Sánchez que se posicione. “El Pedro Sánchez de las primarias o el Pedro Sánchez marioneta de Susana Díaz tendrá que retratarse”, requirió Vera.

La dirección de Podemos lamentó también las dificultades de comunicación con el jefe de los socialistas. Según el secretario de Organización, Pablo Echenique, Iglesias lleva semanas tratando infructuosamente de comunicarse con Sánchez.

Que hayan confirmado, el último mensaje que cruzaron fue a raíz de la propuesta de Unidos Podemos de convocar una asamblea parlamentaria, en Zaragoza, para abordar el conflicto territorial. El PSOE declinó asistir y recibió severas críticas durante el cónclave que fue opacado por el hostigamiento de los ultras.

Podemos considera que la reacción de Sánchez a los graves incidentes vividos en Catalunya el 1-O resulta insuficiente y constituye “una ofensa para los demócratas”. Aducen que su mano sigue tendida para una eventual moción de censura.