Al Consejo General del Poder Judicial le faltó ayer tiempo para echar una mano al juez Luciano Varela, que va a sentar en el banquillo al juez Baltasar Garzón por investigar los crí- menes de Franco. Varela pidió a la vocal Margarita Robles una respuesta institucional a las palabras del exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, que unas horas antes había llamado fascistas a los jueces del alto Tribunal. Por su parte, el PP reclamó la comparecencia del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, tras los ataques al Supremo.

La comisión permanente del CGPJ se reunió ayer en Granada. Este órgano está presidido por el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, e integrado por los vocales Margarita Robles, Antonio Dorado, Manuel Almenar y Almudena Lastra. Robles recibió una llamada de Varela, quien le expresó su profundo malestar por las palabras de Jiménez Villarejo.

Lastra se mostró contraria a una reacción del poder judicial por entender que Jiménez Villarejo es "una persona particular" a la que "ampara el derecho a la libertad de expresión". Sin embargo, la comisión permanente redactó una nota en la que expresó "su preocupación y tristeza" por las críticas que recibe el alto Tribunal y de "manera especial" por las realizadas por "personas que han ocupado destacadas responsabilidades en instituciones básicas del Estado", en referencia a Villarejo.

"CONDENA" Por su parte, el dirigente del PP Federico Trillo pidió "una condena contundente" al poder judicial que responda a los ataques que sufre el Supremo. También dijo que pedirá la comparecencia del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, en el Congreso.