El reportaje Ciudadanos de segunda , que acusa a la Generalitat de relegar el castellano, y que Telemadrid emitió el lunes, desató ayer la polémica en Cataluña.

El objetivo del documental era demostrar que en esta comunidad no se respeta la ley que reconoce el derecho a recibir educación en castellano hasta el tercer curso de educación primaria. Para ello, los reporteros, armados con cámara oculta, recorren tres colegios sin que la supuesta madre logre en ninguno de ellos que admitan dar clase en castellano a su hijo de 6 años.

Probado el delito, la voz en off concluye que "en Cataluña, si el catalán se cruza en la vida de alguien que no lo hable, se convierte en ciudadano de segunda". La locutora sostiene que todo se debe a "la revancha nacionalista que asola Cataluña".

El consejero de Interior, Joan Saura, se preguntó ayer si la difusión del programa responde a la voluntad del PP de abrir "una nueva batalla contra Cataluña". Desde el PSC, Joan Ferran lamentó que Telemadrid "se dedique a atizar bajas pasiones con fines electorales". Y Artur Mas (CiU) declaró: "Cuando veo la burda manipulación de la realidad me produce pena y asco". El líder de los populares catalanes, Josep Piqué, sin embargo, se mostró partidario de rehuir la polémica y negó que haya un problema "general" lingüístico.

CCOO, UGT y CGT de Telemadrid rechazaron "tanto el enfoque del contenido como la forma" del reportaje y acusaron a la televisión de "fomentar el odio entre los ciudadanos".