Un nuevo golpe policial ha permitido constatar que, tal como alerta el Gobierno de Estados Unidos, España es una base logística de los terroristas islámicos. En este caso, de financiación de esas redes armadas. El pasado martes, agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en su domicilio de Esplugues (Barcelona) a Mohamed Omar Debgi, un ciudadano estadounidense de origen argelino, a quien se acusa de enviar grandes sumas de dinero a células de Al Qaeda en el Magreb.

En una operación coordinada por el Juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, los investigadores de la Comisaría General de Información han acumulado evidencias de que Debgi enviaba cuantiosas cantidades de dinero a Toufik Mizi, un argelino que se encuentra huido desde el 2006 de la justicia española. Mizi, acusado de integración en organización terrorista, logró escapar a la redada realizada en el marco de la operación Submarino contra redes de financiación de Al Qaeda, también llevada a cabo por la Policía.

Según las investigaciones, los envíos siempre superaban los 60.000 euros y se realizaban mediante correos humanos o directamente, llevando a cabo transferencias bancarias. El detenido, que tenía relación con Mizi desde el 2003, tenía presuntamente como función blanquear dinero obtenido fraudulentamente y, a continuación, llevar a cabo los envíos que permitían, según el Ministerio del Interior, que esas células terroristas compraran material para sus actividades armadas.

Además, durante las pesquisas, los investigadores han encontrado pruebas de que el detenido había cometido fraude fiscal y había falsificado documentos. En los diversos registros se han intervenido tres ordenadores portátiles y discos duros, así como facturas y escrituras de constitución de empresas.

CON ESPOSA Y SEIS HIJOS El detenido residía desde hacía cinco años en un chalet adosado de la urbanización La Mallola, en Esplugues de Llobregat, donde vivía con su esposa y con varios de sus seis hijos (otros residen en Estados Unidos). Varios vecinos explicaron a Europa Press que ni el arrestado ni su familia hacían uso nunca de la piscina y el gimnasio de que dispone la urbanización, y destacaron que a su esposa se la veía muy poco.

La abundancia de dinero de que disponía permitía al detenido llevar un alto tren de vida, aunque su casa estuviera decorada de forma más bien austera. De hecho, los agentes de la Policía se han incautado de dos automóviles de lujo --un Cadillac Escalade y un Cadillac TS-- y también de una embarcación de recreo que tenía fondeada en el puerto de Badalona.