La Dirección General de la Policía Nacional (DGPN) francesa ha rechazado este domingo las acusaciones de la banda terrorista ETA, que señala a los gendarmes como los primeros en abrir fuego durante el tiroteo del pasado 16 de marzo en el que murió un policía al sur de París. ETA ha hecho pública su postura en um mensaje publicado en el diario Gara con motivo de la festividad del Aberri Eguna.

En su comunicado, ETA ofrece una versión sobre lo ocurrido en Dammarie-lès-Lys y señala que la Policía francesa "secuestró a cuatro militantes de ETA en un bosque de dicha localidad". Asegura que, cuando los cuatro permanecían "neutralizados", "un policía disparó dos veces hacia un militante que estaba en el suelo y sin armas".

ETA asegura que, aunque supuestamente "no fue a dar", esto incidió directamente en los sucesos posteriores, ya que fue entonces cuando, "alarmados por los disparos", otros tres militantes que se encontraban en los alrededores se acercaron al lugar y, "con la intención de evitar cualquier enfrentamiento", hicieron una clara advertencia a los policías: que tiraran las armas y se marcharan de allí.

"ELLOS SE ACERCARON A LOS GUDARIS DE ETA PARA SECUESTRARLOS"

Según indica la banda terrorista, mientras dos policías procedían a retirarse, otros tomaron actitud de enfrentarse "apuntando con las armas y dando paso al tiroteo". "Así comenzó el tiroteo", insiste ETA, tras aseverar que sus militantes efectuaron un total de nueve disparos, mientras que los policías franceses realizaron "bastantes más".

La banda terrorista concluye que, como resultado del conflicto, "un ciudadano vasco fue secuestrado y el policía francés Jean-Serge Nérin resultó muerto y aclara que el enfrentamiento tuvo lugar "en contra de la voluntad de ETA", puesto que es de sobra conocida su actitud al respecto y en la que se reafirma.

"El origen del enfrentamiento está en la actuación de la Policía francesa contra nuestros militantes y, por tanto, de ningún modo al revés. Ellos fueron los que se acercaron a los gudaris de ETA para secuestrarlos y fueron los primeros en disparar", subraya.

En este sentido, los terroristas comentan que tanto la ciudadanía francesa como el Gobierno de París "deberían hacer una profunda reflexión" en torno "hacia dónde les quiere llevar la borrachera represiva del Gobierno español".

REACCIÓN DE LA POLICÍA FRANCESA Y DE LOS SINDICATOS

En un comunicado emitido este domingo, la DGPN considera que el mensaje de ETA no es más que una reivindicación de facto del asesinato del policía francés y condena nuevamente "esta acción terrorista de ETA en territorio francés". La Policía francesa califica de "falsas las acusaciones proferidas por los miembros de esta organización en contradicción con los elementos de la investigación" de los hechos ocurridos ese día.

"No podemos dar ningún crédito a un comunicado tan repugnante por parte de esta organización terrorista y criminal que es ETA", señala el secretario general del primer sindicato policial Unité Police/SGP-FO, Nicolas Comte. En un comunicado, ha denunciado el "intento de ETA de deshacerse" de este asesinato y ha subrayado que "todo el mundo conoce la violencia de esta organización terrorista y no puede creer tales acusaciones".

Por su parte, el segundo sindicato de las fuerzas del orden, Alliance, también ha rechazado las acusaciones de la banda terrorista. "Nosotros no damos ningún crédito a estas acusaciones sin fundamento, que contradice la investigación", ha declarado su secretario general adjunto, Frédéric Lagache, quien ha calificado a los miembros de ETA de "vulgares asesinos de polis".

LA VERSIÓN POLICIAL DE LOS HECHOS

Según una fuente policial, Jean-Serge Nérin, de 52 años y jefe de brigada de la policía francesa (equivalente al de subinspector del Cuerpo Nacional de Policía), y otros tres compañeros patrullaban por la zona de Dammarie-lès-Lys cuando se percataron de la salida del camino de un coche que iba a gran velocidad. Se acercaron y vieron a los otros cuatro coches y a sus ocupantes en actitud sospechosa.

Algo no gustó a los agentes, que desenfundaron sus armas y decidieron detener a los cuatro jóvenes. Mientras tres compañeros encañonaban a los sospechosos, otro se encargaba de esposar al cuarto. El primero en ser reducido fue Joseba Fernández Aspurz.

Nérin iba a hacer lo mismo con el segundo cuando irrumpieron en el camino los otros dos vehículos robados. Se detuvieron sin apagar el motor y desde su interior varias personas empezaron a disparar indiscriminadamente y mataron al brigada, según fuentes de la lucha antiterrorista.