La policía francesa no confiaba demasiado ayer en capturar de nuevo al presunto jefe militar de ETA Ibon Fernandez Iradi, Susper , que se fugó de su celda en Bayona la noche del sábado. "Con lo que nos costó detenerlo, y los otros van y lo dejan escapar; qué se puede decir ante tanta estupidez", se lamentaba ayer un funcionario del Ministerio del Interior francés que participó en la detención de Susper .

En las seis horas que los vigilantes tardaron en descubrir la evasión del etarra, éste "tuvo tiempo de llegar muy lejos", agrega la misma fuente. Sobre todo si se tiene en cuenta los apoyos con los que ETA cuenta en todo el suroeste francés.

La evasión de Susper ha generado críticas en los propios medios policiales y judiciales de la lucha antiterrorista en Francia, que estaban ayer "furiosos" por las "graves negligencias" cometidas en la comisaría de Bayona.

DISPOSITIVO DE BUSQUEDA

El importante dispositivo policial movilizado desde la madrugada del domingo para localizar la pista del etarra y que se extendió a todo el suroeste de Francia y las Landas se mantenía ayer. Para el fiscal de Bayona Pierre Hontang todavía "hay esperanzas de localizar a este individuo". Pero fuentes policiales de la lucha antiterrorista consultadas por este diario descartan hacerse "ilusiones".

Susper está considerado por los policías franceses que le persiguen como "un experto en fugas, muy motivado y dispuesto a todo". Las mismas fuentes están convencidas de que si no había nadie esperándolo al otro lado de la barrera, "seguro que sabía a qué puerta llamar en el mismo Bayona y a estas horas estará ya en lugar seguro".

A la espera de que la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) presente sus conclusiones sobre las condiciones en que se efectuó la fuga y las eventuales responsabilidades, los investigadores confirmaron que Susper escapó por el tragaluz de la celda en la que se encontraba aislado y donde suelen dormir las borracheras los detenidos con síntomas de embriaguez.

GRABACION DE VIDEO

La delgadez y agilidad de Susper le permitieron colarse por el estrecho conducto, de apenas un metro por 20 centímetros. En la celda quedó el jersey que el etarra se quitó para pasar mejor por el tragaluz. De ahí saltó a un pasillo y salió al patio trasero.

Una cámara de vídeo instalada en la parte trasera del recinto registró los 15 segundos que Susper tardó en llegar a la barrera metálica, escalarla y saltar al otro lado. Las fuentes consultadas no aclararon si el sistema de vídeo era vigilado en directo o simplemente grababa.

Si en lugar de a la izquierda, hubiera torcido a la derecha, habría sorprendido por la espalda al oficial que vigilaba la entrada.