La presión policial a ETA sigue dando sus frutos, al tiempo que se comprueban las intenciones inmediatas de los terroristas. Los últimos planes consistían en dos atentados en menos de 48 horas. El primero, el del pasado viernes en Durango. El segundo, el que la Guardia Civil consiguió desbaratar el domingo en Les Coves de Vinromà (Castellón), y que se preveía de "notable intensidad", según confirmó el Ministerio del Interior. En este caso, la banda quería imitar la forma en que materializó el atentado contra la T-4 de Barajas.

Según los análisis del Grupo de Expertos en Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil, ETA pretendía utilizar entre 90 y 100 kilos de explosivos en un atentado que iba a perpetrarse el fin de semana. Para ello, cinco presuntos miembros de la banda robaron el viernes, pocas horas después del atentado en Durango, una autocaravana Mercedes Vito en la localidad vascofrancesa de Messanges, situada en la región de Las Landas.

EL MISMO MODUS OPERANDI Tal y como hicieron con el vehículo empleado en el atentado de la T-4, los terroristas asaltaron la caravana y secuestraron a sus propietarios, un matrimonio de Orio (Guipúzcoa) y su hijo de cuatro años, que pasaban las vacaciones en la zona, para evitar que pudieran denunciar el robo del vehículo. La hipótesis que maneja Interior es que se trataría de un comando itinerante que habría trasladado la furgoneta hasta Castellón, a través de la frontera de Jaca o la de Perpiñán, para que otro comando cometiese el atentado.

Sin embargo, los planes de ETA se frustraron cuando la policía localizó el vehículo. El sábado, un vecino de Les Coves vio la furgoneta estacionada en un paraje de monte, entre olivares. Según su testimonio, dos hombres jóvenes entraban y salían de la caravana constantemente. El lugar donde estaba el vehículo, una zona muy apartada del casco urbano y poco frecuentada por turistas, le hizo sospechar y dio parte a la Guardia Civil.

Varios agentes inspeccionaron la furgoneta y comprobaron que no se había denunciado su robo. Aunque la patrulla no localizó a ningún individuo, Interior sospecha que los etarras podían estar dentro de la caravana o en los alrededores y se percataron de la presencia policial. Fue entonces cuando decidieron huir, volando la furgoneta. Hacia las siete y media de la tarde del domingo se produjo la explosión.

El gran cráter que causó la deflagración y el hecho de que se escuchase en un radio de cinco kilómetros revela la potencia de los explosivos, activados mediante temporizador. Ayer, tras 72 horas de cautiverio, los propietarios de la caravana fueron liberados cerca de Pau (Francia). La familia explicó que los etarras les trataron bien y que viajaron con los ojos vendados. El vehículo en el que permanecieron durante el secuestro apareció quemado también en el sur de Francia.

OBJETIVO TURISTICO No es la primera vez que la policía detecta movimientos de ETA en Castellón. El 19 de julio, un presunto etarra, Ander Mugika Andonegi, abandonó precipitadamente un taxi al toparse con un control policial en Torreblanca, a 27 kilómetros de Les Coves de Vinromà. Mugika dejó en el taxi una mochila con material explosivo, presumiblemente destinado a un atentado en la provincia de Castellón o en Tarragona.