Expertos en terrorismo islamista de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d´Esquadra defienden una "necesaria y urgente" regulación del funcionamiento interno de las mezquitas. "Hay que empezar a impedir, sin falsos complejos, lo que está pasando en muchas mezquitas en las que actúan imanes fanáticos que incitan a la violencia", manifestó uno de ellos ayer a este diario.

Cuando se cumple un mes de la matanza de Madrid, los mandos consultados reclaman la creación de un consejo islámico como el francés. La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquís en España (ATIME) hizo esta misma propuesta días atrás para enojo de los dirigentes musulmanes que niegan que en España haya imanes radicales.

Algunas mezquitas se han convertido, según los expertos, en un "excelente refugio para fanáticos exaltados por las palabras de imanes iluminados que están fuera de control". Un responsable policial ponía ayer un ejemplo clarificador. En pequeñas localidades donde hay grupos de musulmanes arraigados desde hace tiempo y que practican su religión en espacios privados no hay nunca conflictos con el resto de la comunidad hasta que aparece alguien con dinero, dispuesto a comprar un local, abrir una mezquita y colocar a su imán.

"No se trata de controlar lo que se puede o no hacer dentro de una mezquita, pero una de las lecciones del 11-M es que hay que perder esta absurda inocencia que tenemos. Hay un islam bueno y otro que predica la muerte. Y alentar la violencia es delito, se diga en árabe o en castellano", dice un mando policial.

Pero, el problema del terrorismo islamista no se resuelve sólo en las mezquitas. Los responsables de la lucha antiterrorista son conscientes de que el 11-M ha puesto en evidencia la necesidad de incrementar los medios materiales y humanos de unas fuerzas de seguridad asfixiadas económicamente.

PRECARIEDAD Un ejemplo: En Madrid hay 21 policías que luchan contra las mafias criminales de los países del Este. Pero los agentes disponen de un ciclomotor y seis coches utilitarios, entre ellos uno con 150.000 kilómetros. Para "pinchar" un teléfono hay que esperar un mes.

Aún es pronto para saber cómo se reestructuran las plantillas policiales y cómo se enfoca la lucha contra el terrorismo islamista, porque no hay una único mando que decida cuándo y cómo se actúa. "Se trata de un terrorismo global que exige muchísima coordinación policial y que terminen de una vez las tradicionales desconfianzas que hay entre los diferentes cuerpos de seguridad", indica otro mando policial.

Estos interlocutores defienden cambios en las leyes. "Es verdad que a Jamal Zugam --uno de los presuntos autores del 11-M en prisión-- se le investigó en el 2001, se registró su casa y se probó su relación con el presunto líder de Al Qaeda en España, el sirio Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, pero, hasta el 11-M, ¿hizo Zugam algo por lo que se pudiera encarcelar y procesar? Los jueces entendieron que no.