Las declaraciones del instructor jefe del 11-M y del secretario de algunas diligencias pusieron de relieve que muchos autores y colaboradores del 11-M eran conocidos por la policía. En octubre del 2003 estaba localizada la casa de Morata de Tajuña, donde meses después se fabricaron los explosivos. El seguimiento se relajó al marchar el entonces jefe de la célula a Marruecos.