Las fuerzas de seguridad ven en el "órdago" lanzado por ETA un "grito desesperado" al saberse ya "diezmada" y "derrotada policialmente", y creen que el proceso que la banda inició con su decisión de poner fin a su actividad violenta no tiene vuelta atrás.

Es la lectura que hacen fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Efe del comunicado de ETA difundido ayer en el que la banda terrorista advertía de que "deshacer el espacio de negociación" constituía "un paso atrás" que acarreará "consecuencias negativas", ya que retrasará y dificultará "la resolución del conflicto" del País Vasco.

Y si algo ha dejado claro es que la entrega de armas no está de momento en su agenda, si bien ETA está dispuesta a hablar del tema dentro de un diálogo que "tenga por objetivo la superación definitiva de todas las consecuencias del conflicto".

Unos avances que, según las fuentes, la banda terrorista confiaba en que se produjeran, al igual que los verificadores internacionales desplazados a Oslo (Noruega), donde también se encontraban tres destacados miembros de la cúpula etarra: Josu Urrutikoetxea, alias "Josu Ternera", David Pla y Iratxe Sorzabal.

La negativa del Gobierno a sentarse a negociar y de aceptar algunas históricas reivindicaciones de la banda en materia penitenciaria, como el acercamiento de sus presos, ha motivado, explican las fuentes, este "nuevo órdago" de ETA, que para el Ministerio del Interior, no es más que el mismo "delirio" de siempre.

De todos modos, las fuentes creen que la banda terrorista está "perdida y sin rumbo" y con su capacidad operativa muy mermada, aunque recuerdan que matar es fácil y que no hay que bajar la guardia ante la posibilidad, que ven remota, de que ETA vuelva atentar.

Nada más conocerse el comunicado, representantes de las fuerzas de seguridad y las víctimas calificaron la declaración de la banda de chantaje y amenaza y exigieron al Gobierno que no ceda a las presiones etarras, en tanto que el Ejecutivo volvió a insistir en que el único comunicado que espera es el de la entrega de las armas.

Hoy el comunicado ha vuelto a suscitar reacciones, especialmente en el País Vasco, entre ellas las de Sortu, cuyo portavoz, Pernando Barrena, ha destacado la "manifiesta voluntad" de ETA para avanzar en la solución del "conflicto".

"ETA ratifica su voluntad y compromiso para el diálogo de cara a alcanzar una solución a las consecuencias derivadas del conflicto político", ha asegurado Barrena, una opinión que comparte el secretario general de EA, Pello Urizar, que denuncia la existencia de un "bloqueo claro" del Gobierno para evitar que "el proceso de paz llegue a su conclusión".

Por su parte, Aralar opina que lo importante es que la banda mantiene su compromiso de "no utilizar procedimientos violentos" y, por eso, considera que es el momento de "tomar decisiones audaces sin esperar ninguna actitud proactiva del Gobierno".

Pero éste, como ha dicho la portavoz del PP en el Parlamento Vasco, Arantza Quiroga, mantiene su posición de "no negociar y de exigir la disolución" de la organización terrorista que, en opinión de la portavoz del PSE-EE, Idoia Mendia, se encuentra en "absoluta soledad".

Mendia ha asegurado que ETA "se haría un favor a sí misma y a todos si desapareciera", al tiempo que ha recordado que "si algo ha dificultado e impedido la convivencia en este país ha sido el terrorismo".

En esta línea ha incidido el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien ha defendido que para el fin de ETA no hay que negociar porque "a quien le debe la paz" la banda "es al pueblo vasco, no al Gobierno español", y ha apostado por "una política penitenciaria distinta".

Una postura contraria a la manifestada desde UpYD. Su portavoz en el País Vasco, Gorka Maneiro, ha advertido de que el comunicado de la banda demuestra que ésta "continúa viva y amenazante, no ha desaparecido y no ha sido derrotada".

A su juicio, se han dado "dos grandes pasos atrás" en la lucha contra el terrorismo: "dialogar o negociar con la banda y derogar de facto la Ley de Partidos".

Fuera de las reacciones políticas, el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha destacado que "el pueblo español está harto de tanta amenaza y de tanta postura de prepotencia a la hora de hacer sus comunicados".