Políticos cordobeses de todo signo, autoridades y exalcaldes de Córdoba, así como representantes de la sociedad cordobesa, desde el obispo a la universidad, sindicatos, empresarios o Academia de Córdoba mostraron ayer sus condolencias, admiración y reconocimiento hacia Julio Anguita, primer alcalde democrático de la ciudad, que falleció ayer en el hospital Reina Sofía. Desde las redes sociales y en declaraciones a este periódico, todos coincidieron en definir al político cordobés como un hombre honesto y fiel a sus ideas, así como un referente en la política española.

José María Bellido, alcalde de Córdoba, reconocía que el de ayer fue «un día muy triste en Córdoba» y definió a Anguita como «un referente político a nivel nacional, siempre fiel a sus ideas y sobre todo una persona muy querida por todos los cordobeses». Antonio Repullo, delegado del Gobierno de la Junta, decía: «Tristemente despedimos a Julio Anguita, referente de la izquierda española durante la Transición. Una persona conciliadora que siempre defendió con firmeza sus ideales pero que siempre supo escuchar y respetar a quien no pensaba como él. Ese carácter firme pero cercano le hizo ganarse el cariño de la ciudad de Córdoba». Antonio Ruiz, presidente de la Diputación y secretario general del PSOE de Córdoba, señaló que «hemos perdido a una persona destacada del ámbito político nacional, una personalidad muy marcada, que determinó una época de esta ciudad y de la política en toda España». Mientras que Rafaela Valenzuela, subdelegada del Gobierno en Córdoba decía: «Siento de verdad la muerte de Julio Anguita. Su firme compromiso y sus ideas de izquierdas. Siempre en la lucha».

Adolfo Molina, presidente del PP de Córdoba, reconocía que «se ha ido un buen alcalde, un buen hombre y un gran político que supo estar a la altura en unos años complicados para España y para Córdoba». Pedro García, coordinador provincial de IU, fue de los primeros en mostrar sus condolencias: «Nos deja físicamente un hombre extraordinario, se queda su obra, se nos va un referente de la política y el humanismo. Hasta siempre, maestro». También se pronunció la portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Paula Badanelli, que reconoció que Anguita fue «parte de la historia contemporánea de esta ciudad y es una persona muy querida y respetada por la mayoría de cordobeses. Mis mayores condolencias». Isabel Albás, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba (Cs) señalaba que «Anguita ha sido una figura clave de la política española, tanto por sus ideas como por su talante».

EXALCALDES / Todos los exalcaldes de la ciudad que sucedieron a Anguita mostraron ayer el reconocimiento a su figura. Para Rosa Aguilar, «Córdoba está de luto porque hemos perdido un alcalde emblemático, excepcional, que cambió Córdoba. Con Julio hubo un antes y un después para la ciudad y estoy convencida de que los cordobeses nunca lo van a olvidar». José Antonio Nieto, exalcalde de Córdoba del PP y parlamentario andaluz, decía: «Hoy hemos perdido a un gran alcalde, a un gran político y a una gran persona. Julio Anguita, desde la discrepancia, fue para mí un estímulo y, cuando hizo falta, un apoyo». También se pronunció Manuel Pérez, que lo definió como «un hombre sencillo, buena gente y muy honesto. Un referente en la vida democrática y política de este país en los últimos 40 años». Rafael Merino dijo que «trabajó por Cordoba y merece todo mi respeto. Siempre recordaré nuestras charlas sobre nuestra ciudad». Isabel Ambrosio, por su parte, lo calificó como «buen alcalde, político consecuente con sus palabras y sus actos y con una personalidad única». Para Herminio Trigo, «Julio era para mí, por encima de todo, un amigo con el que viví momentos personales y políticos muy importantes».

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, mostró su «condolencia a la ciudad, que pierde al que fue su alcalde, Julio Anguita. Jesucristo el buen Pastor, que dio la vida por él, salga a su encuentro y lo lleve sobre sus hombros con ternura». El rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, decía de Anguita que fue «un ejemplo de político comprometido, honesto y consciente de que se debe gobernar para todos buscando el bien común», mientras que el rector de la Universidad Loyola. Gabriel Pérez Alcalá, lo definía como «un hombre coherente en su vida personal, profesional y política».

Antonio Díaz, presidente de CECO, dijo que «siempre fue una persona honesta con su pensamiento, fue carismático y siempre llevó a la práctica sus ideas y creencias». CCOO y UGT reconocieron también su valía.