El PP anunció ayer que no volverá a ninguna reunión preparatoria del pacto anti-ETA, tras asistir a la segunda en el Congreso y constatar que el Gobierno se niega a asumir las medidas antiterroristas que los conservadores pretenden imponer. El Gobierno y el PSOE recibieron la noticia con "estupor", pero se reservaron la decisión sobre convocar una reunión formal del pacto para que el PP se vea obligado a retratarse.

La iniciativa de llamar a la oposición a esa cita corresponde al Gobierno, que aceptó celebrar reuniones preparatorias a petición de los conservadores. José Luis Rodríguez Zapatero anunció en el debate antiterrorista del 15 de enero en el Congreso que convocaría el pacto anti-ETA, una vieja reclamación del PP, que ha acusado al Ejecutivo de romper ese acuerdo desde el inicio de la legislatura.

Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, inició los contactos con Eduardo Zaplana para preparar la cita, y ambos acordaron reunirse antes para fijar la agenda de la reunión. Pero las exigencias del PP, que quiere imponer la firma de medidas antiterroristas al Gobierno, han impedido los avances en los dos encuentros celebrados ayer y la semana pasada.

El portavoz socialista en el Congreso, Diego López Garrido, se mostró "muy sorprendido" por la "ruptura unilateral" del PP de las conversaciones preparatorias del Pacto Antiterrorista, aunque el PSOE ha propuesto medidas concretas, algunas de ellas para evitar que Batasuna acuda a las elecciones, dijo.

Un plante "premeditado" López Garrido consideró que los conservadores tenían "premeditada" su decisión, porque ni Eduardo Zaplana ni Ignacio Astarloa, portavoces del PP, avisaron en la reunión de ayer de que iban a anunciar el fin de los contactos. Zaplana explicó que había constatado "la voluntad inequívoca" del PSOE de "no querer convocar el pacto con medidas concretas" y añadió que sería "absurdo" celebrar más citas preparatorias.