El PP y el PSOE fueron ayer fieles al compromiso que llevó a Manuel Jiménez de Parga al Tribunal Constitucional (TC) y rechazaron, en el pleno del Congreso de los Diputados, la propuesta de CiU que censuraba sus declaraciones contra las autonomías históricas. La proposición no de ley del Grupo Catalán pedía también que en todos los recursos que los diputados presenten ante el alto tribunal, se solicitara la recusación de su presidente.

Los socialistas intentaron acordar con CiU un texto menos rotundo contra el magistrado. La negociación no dio frutos positivos, a juicio del PSOE, por el ambiente preelectoral en Cataluña.

"INVIABLE JURIDICAMENTE"

El principal grupo de la oposición entendió que la reprobación es "inviable jurídicamente", además de que la petición de CiU les comprometía directamente, ya que el PSOE es el único grupo que tiene el mínimo de 50 parlamentarios, requisito imprescindible para presentar recursos al Tribunal Constitucional.

Durante el debate, hubo una catarata de críticas a Jiménez de Parga, que sólo fue defendido indirectamente por la diputada del PP, Carmen Matador, que censuró a las fuerzas nacionalistas su visión del Estado autonómico.

López de Lerma recordó la trayectoria "siempre cercana al poder" del presidente del TC, su "falta de serenidad de espíritu" y su "temeridad" por alejarse de la jurisprudencia del alto tribunal en cuanto a la pluralidad del Estado.