Casi todas las grandes apuestas de Mariano Rajoy para el 22-M han resultado ganadoras, pese a que también se ha destapado algún farol, como la elección de Isabel Pérez Espinosa como candidata en Asturias o su decisión de romper con UPN en Navarra, donde un recién nacido PP regional ha obtenido resultados discretísimos. Pero en general, al líder de los populares le ha salido muy bien la jugada electoral. Incluso donde el reparto de cartas resultó más arriesgado o éticamente dudoso, como en Valencia, plaza en la que se mantuvo a Francisco Camps como candidato, pese a estar imputado en el caso de los trajes y pendiente de que, en las próximas horas, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJCV) decida si acepta o no hacerse cargo de una investigación de financiación ilegal que podría salpicar al PP valenciano por sus relaciones con la trama Gürtel .

Tal y como tenía previsto, Camps se ha dado un baño en las urnas --mayoría absoluta-- y se siente políticamente absuelto del caso de los trajes . Otra cosa será lo que diga el juez, que debe decidir si le manda o no a juicio. Si le mandan al banquillo ante un jurado, gran parte de la dirección nacional del PP es partidaria de que pague una multa y evite la bochornosa fotografía.

Gallardón y De Cospedal

Al igual que Camps y la alcaldesa valenciana Rita Barberá, también han repetido con resultado aplastante la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (él lleva cinco mayorías absolutas seguidas a sus espaldas). En los círculos políticos de Madrid se ha difundido la tesis de que Gallardón será alcalde solo unos meses y que, en puertas de las generales, se anunciará su inclusión en las listas al Congreso acompañando a Rajoy. En caso de que el PP ganase, se da por hecho que el madrileño pasaría a formar parte del Gobierno popular y, ahí sí, tendría que abandonar el consistorio y dejarlo en manos de Ana Botella.

Hace unos meses también corrió la teoría de que Gallardón podría sustituir a la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, si ésta se hacía con el gobierno en Castilla-La Mancha y se decidía que la presidencia de la comunidad no le dejaba suficiente tiempo para seguir siendo la número dos de Rajoy. Por aquel entonces, el entorno del regidor aclaró que él no era proclive a asumir esa responsabilidad. Pero ahora que Cospedal ha vencido, todo está por ver pese a que, antes de las elecciones, tanto el líder del PP como ella misma eran partidarios de compaginar actividades. Y en caso de sobrecarga de trabajo, decían algunos, bastaría con recuperar la figura del coordinador del partido. Pase lo que pase, todos en el PP dan por hecho que Cospedal "solo acaba de empezar un carrerón político".

Y aunque no se ha presentado a estas elecciones, otro de los ganadores ha sido Javier Arenas, ya que el PP andaluz ha logrado, bajo su dirección, la proeza de arrebatar a los socialistas todas las capitales de provincia de la región. Pero no todo ha sido bueno: la negativa de Mariano Rajoy a aceptar al exministro Francisco Alvarez-Cascos como candidato en Asturias fue un error. Cascos ha ganado y es posible que reciba el apoyo del PP para gobernar, si es que lo quiere, porque hace un par de semanas declaró a este diario que prefería gobernar en minoría, "como Artur Mas".

Rajoy tiene banquillo y quién sabe si alguna sorpresa: dio mucho que hablar (no en todos los casos para bien) que Rodrigo Rato, responsable de Caja Madrid, estuviera en Génova la noche electoral.