El Servicio de Intervención de Armas de la Guardia Civil no incluye las porras eléctricas entre las armas prohibidas. Por el contrario, autoriza su venta en armerías a quienes acrediten que son mayores de edad. Un portavoz del Instituto Armado dijo que las porras eléctricas fueron retiradas en el año 1995 y la entrega finalizó en 1996, pero los agentes pueden usarlas como arma personal. El expendiente inicial al teniente de Roquetas se basó en el uso de una de esas porras.