El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, y el primer ministro británico, Tony Blair, se ofrecieron ayer para buscar junto a José Luis Rodríguez Zapatero una fórmula que permita al líder del PSOE mantener las tropas españolas en Irak sin faltar a su compromiso electoral de retirarlas. La solución pasa por un cambio radical del papel de la ONU en la ocupación. El compromiso de Zapatero es que retirará las tropas antes del 30 de junio si en esa fecha la ONU no toma "las riendas" del país.

Los mandatarios extranjeros aprovecharon su presencia en Madrid para asistir al funeral de Estado por las víctimas del 11-M para reunirse con el próximo jefe del Gobierno español y empezar a trabajar en ese nuevo papel de Naciones Unidas. Blair y Powell, representantes de los países que protagonizaron el ataque a Irak, se han convencido de que es difícil que Zapatero renuncie sin más a retirar las tropas de Irak. Si en un primer momento trataron de convencer a Zapatero para que España siga en Irak, ayer en Madrid le pidieron indicaciones sobre el tipo de acuerdo en la ONU que permitiría que se quedaran.

MANDATO ELECTORAL Ni Blair ni Powell le pidieron que reconsidere su postura sobre Irak. Es más, ambos aceptaron la profundidad del compromiso de Zapatero con el electorado español y hasta compartieron su idea de que el resultado del 14-M es un mandato para retirar las tropas si la ocupación de Irak sigue en manos exclusivas de EEUU.

Miguel Angel Moratinos, que ya actúa como el próximo ministro de Asuntos Exteriores, informó de que el secretario de Estado norteamericano pidió a Zapatero mantener un diálogo "inmediato y urgente" con el futuro canciller español. Powell quiere evaluar posibles propuestas que se pueden presentar ante la ONU para reforzar su papel en Irak.

El próximo presidente del Gobierno español reiteró su posición sobre la guerra de Irak, que considera ilegal, y sobre la gestión de la ocupación, que ha calificado en diversas ocasiones como "desastrosa", ante los seis líderes europeos y el mandatario estadounidense con los que se reunió en el Congreso de los Diputados. A pesar de la firmeza de su postura, los encuentros se desarrollaron en un ambiente cordial y hasta caluroso, según la versión de Moratinos.

Zapatero agradeció la comprensión que mostraron todos ellos hacia sus tesis, máxime porque suponen que la política internacional de su Gobierno dará un giro radical respecto a la practicada por José María Aznar. Pero no renunció a dejar claro que las tropas españolas sólo seguirán en Irak tras el 30 de junio si hay un cambio radical en el papel de la ONU en el conflicto.

Sorprendentemente, Powell fue el que mostró una actitud más constructiva. Aunque sólo estuvo con Rodríguez Zapatero 18 minutos --tras esperar pacientemente durante media hora a ser recibido--, el encuentro sirvió, igualmente, para abrir una puerta a la continuidad de la alianza en Irak.