Las tesis del consejero de Economía de la Generalitat de Cataluña, Antoni Castells, a favor de una reforma laboral, un pacto de contención de rentas, el mantenimiento de los estímulos a la actividad económica y el aplazamiento de un incremento de la presión fiscal hasta que se supere la recesión recibieron ayer el aplauso desde las filas del PP y un rechazo firme desde los sindicatos UGT y CCOO.

El conseller Castells se ha convertido en una de las únicas voces del socialismo que cuestiona en público la forma de gestionar la crisis por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que reclama un debate más profundo sobre la necesidad de subir o no los impuestos. El dirigente socialista apuesta claramente por evitar la adopción de medidas parciales ahora y propone acometer una reforma fiscal profunda cuando haya llegado la recuperación.

La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aplaudió ayer las críticas del conseller e hizo votos para que "hagan reflexionar" al Gobierno y que este acepte acometer una reforma laboral y busque "un gran pacto" para luchar contra la crisis.

Por contra, UGT puso el grito en el cielo por la insistencia de Castells en aplicar una reforma laboral y le instó a apoyar a los trabajadores. CCOO rechazó la idea de Castells de no subir impuestos.