El PP de Madrid, que dirige Esperanza Aguirre, ha dado su visto bueno a una comisión de investigación en torno al espionaje a políticos. Pero el objetivo que se han marcado los populares en la misma no es intentar desmentir las acusaciones que han recibido, sino arremeter contra los que se han atrevido a hacerlo. Eso lo dejó ayer bien claro el consejero de Interior de la Comunidad, Francisco Granados, que avisó a la oposición de que en esa investigación "tendrán que probar lo que han dicho en estos días, o rectificar y pedir perdón".

La comisión arranca hoy. Pero ayer hubo ensayo general. Sus señorías aprovecharon la sesión de control en la Asamblea para fijar posiciones en torno al asunto. Los socialistas e IU insistieron en que la prensa ha publicado dosieres que son indicios de que algo turbio ha ocurrido en la Comunidad. El PP de Madrid --que no el de Mariano Rajoy-- lo desmiente.

Los miembros del PP están empeñado en pasar la pelota al tejado de los socialistas. Como ejemplo, la intervención de Aguirre que repasó ayer todos los casos de espionaje de la democracia que, según ella, han tenido que ver con el PSOE. Pasadas varias horas de sesión, hasta se habló de los GAL. El portavoz del PSOE, Adolfo Navarro, aconsejó a Granados que se decida a "abrir las ventanas", limpiar y evitar la tentación de guardar algo bajo la alfombra.